Las redes sociales han permitido que varias personas se vuelvan famosos y sean considerados influencers, esto sobre todo en TikTok en donde algunos divertidos clips se vuelven virales.
Sin embargo, en algunos países los consideran "inmorales", razón por la que la joven Hadeer el Hady irá a la cárcel. Un tribunal en Egipto condenó en primera instancia a la influencer Hadeer el Hady a cumplir una sentencia de dos años de cárcel y el pago de una multa de 6 mil 400 dólares por "incitar a la inmoralidad y al libertinaje" por el contenido de sus vídeos en la aplicación TikTok.
El Tribunal de Delitos Económicos de El Cairo condenó a Hadeer el Hady, acusada de "incitar a la inmoralidad, al libertinaje y agredir los valores de la sociedad", a dos años de cárcel y al pago de una multa de 100 mil libras egipcias (unos 6 mil 400 dólares), de acuerdo con un comunicado del tribunal.
De acuerdo con la nota, el tribunal condenó a la joven al considerar los videos que subía a la plataforma TikTok eran "escandalosos", "contrarios a la moralidad" y representan "una amenaza para los valores de la sociedad".
Hadeer, que cuenta con unos 800 mil suscriptores en la red social TikTok, además de unos 200 mil en Snapchat, era conocida por subir videos en los que bailaba y cantaba.
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Desde el pasado marzo, al menos una veintena de influencers han sido detenidas en Egipto, de acuerdo con la ONG local Comisión Egipcia para los Derechos y las Libertades.
Tribunales egipcios han condenado a al menos otras tres de las llamadas "chicas del TikTok" a penas de cárcel desde finales de julio, un caso que está generando gran debate social en este país árabe musulmán.
Una parte de la opinión pública defiende las duras medidas contra las jóvenes, que se han atrevido a salirse de las normas sociales y morales conservadoras, mientras que defensores de derechos humanos y activistas ven una mayor restricción a la libertad de expresión.
El Gobierno del presidente Abdelfatah al Sisi ha cerrado cada vez más los espacios para expresarse libremente en el país, tanto en las calles como en Internet, y ha perseguido las voces críticas, sobre todo a los islamistas, al mismo tiempo que ha querido defender valores tradicionales y religiosos.