“Ya en el teatro de los acontecimientos me encontré con que los dirigentes políticos, conservadores y liberales son una bola de canallas, cobardes y traidores, incapaces de poder dirigir a un pueblo patriota y valeroso”, Augusto C. Sandino.
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Falacia imperial
Consuelo Sandoval
Mientras Estados Unidos procura desacreditar y deslegitimar al gobierno sandinista con el claro propósito de provocar el fracaso de su gestión en materia económica y social; la CEPAL nos ubicó como la nación de mayor crecimiento en exportaciones en América Latina.
No obstante, las adversidades que ha tenido que afrontar nuestro país, entre ellas, la pandemia del coronavirus que evidentemente ha afectado el desarrollo nacional, además del intento de golpe de estado en 2018, promovido y financiado por Estados Unidos, acción criminal que frenó el nivel de crecimiento que Nicaragua venía experimentando desde el 2007.
“Sólo cuatro países de la región, todos centroamericanos, aumentaron sus exportaciones entre enero y mayo 2020: Costa Rica 2 %, Honduras 2%, Guatemala 3% y Nicaragua 14 %”, indica el informe de la La Comisión Económica y Social para América Latina y el Caribe (CEPAL).
En tanto, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoció que Nicaragua ha reducido la pobreza en 4.7%</strong>; la coloca entre los cuatro países que más invierte en infraestructura de salud en América Latina y que ocupa el quinto lugar en las mejores carreteras de América Latina y el primer lugar en Centroamérica.
Por su parte, el Banco Mundial reconoció que Nicaragua es el país que mejor transparencia presenta en la ejecución de la deuda pública y que experimenta el menor difícil fiscal de Centroamérica.
Fake news yanqui
Contrario a esos índices positivos de Nicaragua, Estados Unidos dibuja un panorama lúgubre y realiza ingentes esfuerzos por torpedear la gestión del presidente Daniel Ortega en un intento por evitar el repunte de nuestra economía, al sugerir a sus ciudadanos que no visiten nuestro país ante de la pandemia del coronavirus.
La potencia mundial miente al pretender mostrarnos como que aquí vivimos un caos de proporciones incalculables, aduciendo que no existen los recursos necesarios para afrontar la pandemia debido a que supuestamente el sistema de salud está colapsado frente a la gran cantidad de personas afectadas por el virus.
Nada más alejado de la realidad. Nicaragua es un ejemplo por su eficiente sistema de salud preventivo y comunitario que pese a sus escasos recursos, ha dado una batalla efectiva contra la pandemia al lograr la recuperación de la mayoría de personas contagiadas que ascienden a casi cuatro mil en la semana del 28 de julio al 4 de agosto, de las cuáles, 123 fallecieron desde que se presentó el primer caso en el pasado 18 de marzo.
Impuestos usados para agredirnos
En Estados Unidos sucede todo lo contrario que en Nicaragua. Registra casi 160.000 muertes desde el comienzo de la pandemia y ronda los 5 millones de casos confirmados, no obstante los multimillonarios ingresos recaudados entre los estadounidenses.
Una parte de esos recursos están siendo derrochados por el gobierno norteamericano al otorgárselos a sus sicarios criollos, a quienes paga para desestabilizar y destruir Nicaragua porque el actual gobierno está empeñado en proporcionar bienestar a los nicaragüenses y desarrollar a nuestro país y no responde a sus intereses imperiales.
Ese dinero que están usando para pagar a sus mercenarios, pudiera servir para la atención de sus compatriotas que están muriendo por falta de recursos, puesto en el país de las maravillas no existe un sistema público y el servicio está completamente privatizado.
En la “advertencia” a sus ciudadanos, Estados Unidos alega que en Nicaragua pudieran afrontar cierre de fronteras y aeropuertos, aunque irónicamente fue el mismo Trump quien ordenó que ningún extranjero visitara ese país y canceló todos los vuelos hacia y desde el resto de naciones del mundo y aún continúan limitados.
El presidente Ortega jamás adoptó esas disposiciones, por el contrario, nunca cerró fronteras y menos el aeropuerto internacional Augusto C. Sandino.
Esa decisión le causó críticas al gobierno sandinista de su homólogo yanqui, sus aliados y vecinos nuestros, así como de sus sirvientes nacionales.
El presidente Ortega siempre tuvo la razón al impedir la parálisis de nuestra economía, motivo por el que ahora ostentamos el honroso lugar de mayor crecimiento en las exportaciones reflejadas en el informe de la CEPAL.
La fábrica de mentiras
Otro elemento que argumenta el gobierno yanqui para que sus ciudadanos no se” arriesguen” al visitar Nicaragua es por la supuesta inseguridad ciudadana imperante en nuestro país.
En todo caso, si existiese inseguridad ciudadana se la debemos a Estados Unidos que promovió, financió y armó a sus sirvientes en 2018, para intentar el golpe de estado que dejó como resultado secuestrados, torturados, asesinados, destrucción de bienes públicos y privados; y el despido de miles de trabajadores que laboraban fundamentalmente para los empresarios que formaron parte de la intentona golpista.
El incremento de la supuesta inseguridad ciudadana, se ha convertido en un eje de ataque de los medios de desinformación de la derecha golpista que convenientemente han comenzado a publicar los asaltos express con motorizados a bordo que ocurren en calles en donde “casualmente” existen cámaras de vigilancia.
No nos extrañaría que sean montajes de asaltos porque han adoptado el mismo guión utilizado durante la fallida aventura golpista, cuándo fabricaron muertos, heridos, médicos, enfermeros, ambulancias, bomberos y “toma” de iglesias respaldados por sacerdotes y quema de locales.
En el preciso momento en que acontecían los hechos, aparecían como por arte de magia sus terroristas mediáticos “informando” desde el escenario previamente montado.
Mira quién habla
Qué más inseguridad ciudadana que la que vive Estados Unidos en dónde son los mismos policías quienes cometen crímenes de odio, xenofobia y racismo entre negros, latinos, chinos, árabes o nativos.
O por ejemplo, las terribles matanzas que usualmente ocurren con la ejecución de atentados terroristas en universidades, colegios, plazas o cualquier sitio público, debido al armamentismo promovido por los fabricantes de armas gringos.
Los yanquis son tan cínicos que en su comunicación hablan de persecución sistemática a clérigos, derechos humanos y la prensa. ¿Cómo no los van a defender? si son sus empleados que se convirtieron en la piedra angular del fracasado golpe de estado.
¿Qué planes siniestros están ejecutando los empleados del imperio que tienen temor a la presencia policial?
Se equivoca el imperio yanqui si piensa que el sandinismo se dejará sorprender y someterse a los traidores, cobardes y vende patria, dignos representantes de Adolfo Días y José María Moncada.
“Ésta dijo Mena”.