“No nos reconocemos como colonia de ningún poder y reivindicamos la dignidad y decoro nacional, en legítima defensa de nuestra independencia, soberanía y autodeterminación”. Con estas palabras, el canciller nicaragüense Denis Moncada anunció que Nicaragua se uniría a Venezuela, saliendo de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Esta acción se esperaba desde hace mucho tiempo y otras naciones de América Latina y el Caribe deberían seguir su ejemplo rápidamente.
Por decir lo mínimo, la OEA, con su sede en Washington, DC con una estatua de la reina Isabel de España al frente, siempre ha sido una organización problemática para las naciones más pobres del hemisferio occidental, operando como instrumento de Estados Unidos y sus intentos de dominación en estas naciones. De hecho, Fidel Castro se refirió a la OEA como «el ministerio de colonias de Estados Unidos».
A continuación, una lista de algunas de las acciones en la traicionera historia de la OEA:
Acciones en la historia de la OEA
•La OEA brindó apoyo para el derrocamiento por parte de Estados Unidos del presidente de Guatemala, electo democráticamente Jacobo Arbenz, aprobando una resolución poco antes del golpe que permitía la “intervención colectiva regional”, lo cual se contrapone al principio fundacional de la OEA como organización encargada de proteger la soberanía de sus miembros contra la intervención extranjera. La OEA continuaría respaldando la resultante dictadura militar que luego se apoderó de Guatemala. Esto a pesar de que, como luego señalaría Noam Chomsky, el golpe y el reinado de las dictaduras militares resultantes en Guatemala convirtieron a ese país en un “matadero”, un “campo de la muerte”.
•La OEA ayudó a sentar las bases para la invasión de la República Dominicana por parte del ejército estadounidense en 1965. Esta invasión estadounidense que provocó la muerte de 3.000 dominicanos; derrocó al gobierno de Juan Bosch, electo democráticamente, depuesto por los militares, regresando luego al poder a través de una insurrección popular. Estados Unidos, junto con tropas de otros países latinoamericanos, ocupó la República Dominicana durante un año y medio bajo los auspicios de la OEA.
•La OEA brindó apoyo tácito al golpe respaldado por Estados Unidos que derrocó y asesinó al presidente democrá-ticamente electo de Chile, Salvador Allende. Como señala Telesur, “[con] el apoyo de Estados Unidos, el general Augusto Pinochet tomó el poder, mientras la OEA aplaudía la medida. De hecho, en 1976 se realizó en el Chile de Pinochet la VI Cumbre de la OEA”, aun cuando Pinochet torturaba y mataba a miles de sus ciudadanos.
•Más recientemente, la OEA jugó un papel clave en facilitar el golpe militar contra el presidente boliviano Evo Morales en 2019, haciendo afirmaciones falsas de que Morales fue reelecto por fraude, afirmaciones que luego fueron desacreditadas. El gobierno golpista resultante se lanzó en una ola de asesinatos, deliberadamente atacando a los partidarios de Morales y especialmente a los pueblos indígenas.
«No más» dice Nicaragua
Y así, a la luz de este precedente y de las afirmaciones de la OEA de que las elecciones de Nicaragua fueron fatalmente viciadas, Nicaragua decidió finalmente dejar esta organización de tan mala reputación.
Otros han hecho declaraciones similares, como el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien recientemente propuso que la OEA debe ser reemplazada por una institución más neutral. Como dijo AMLO, “no se puede descartar la sustitución de la OEA por una organización verdaderamente autónoma, no un servidor de nadie [es decir, Estados Unidos], sino un mediador”. Esta declaración se hizo en respuesta, entre otras cosas, a las críticas de la OEA al presidente venezolano Nicolás Maduro como presunto «dictador».
Las mejores elecciones del mundo en Venezuela
En cuanto a las afirmaciones de la OEA y su mandamás estadounidense de que Maduro es un dictador, estos señalamientos son realmente increíbles. Actualmente me encuentro en Venezuela, donde fui observador oficial de las elecciones que se llevaron a cabo el 21 de noviembre. Me he desempeñado como observador de elecciones en Venezuela desde 2013 y estoy de acuerdo con la conclusión de Jimmy Carter de que el proceso electoral de Venezuela es “el mejor en el mundo.»
Venezuela actualmente está celebrando lo que se denomina “mega elecciones” para escaños municipales y estatales en todo el país. Los equipos de observadores también incluyeron misiones de la Unión Europea, Naciones Unidas, el Centro Carter y el Consejo de Expertos Latinoamericanos (CEELA).
Los votantes acudieron a las urnas para elegir entre 70.000 candidatos de 87 partidos políticos diferentes. Por primera vez en seis años, el partido de oposición de línea dura conocido como MUD (un favorito de Estados Unidos); fue uno de los partidos que participaron. La MUD terminó ganando tres de las veinticuatro gobernaturas en las elecciones.
Dado el excelente sistema electoral que elogió Jimmy Carter; la presencia de numerosos observadores internacionales en el terreno; y la participación de decenas de partidos políticos, incluida la MUD, es difícil discernir algún tipo de argumento para sostener que Maduro es un líder autoritario.
No obstante, poco antes de las elecciones, la Unión Europea, a pesar de enviar un equipo de observadores, anunció que extendería por un año más, sanciones económicas paralizantes, aparentemente dirigidas a funcionarios vinculados al presidente Maduro.
UE interviene aquí, mientras se hace el ciego allá
El anuncio de la Unión Europea; pocos días antes de las elecciones fue un claro mensaje a los votantes de que seguirían siendo castigados económicamente si votaban por candidatos vinculados al partido de Nicolás Maduro.
En otras palabras, la UE intervino abiertamente para afectar el resultado de las elecciones. Es la UE, entonces, la que está socavando los procesos democráticos en Venezuela, incluso cuando pretende juzgar la integridad de estas elecciones. Este es el tipo de arrogancia imperial contra el que países como Nicaragua y Venezuela se están rebelando, y con razón.
Al mismo tiempo, se observa un silencio total de la UE, la OEA y Estados Unidos sobre la represión real que está ocurriendo en Colombia, donde decenas de líderes sociales continúan siendo asesinados por el estado año tras año.
Por supuesto, esos asesinatos son aceptables para las potencias coloniales, ya que Colombia es el principal baluarte contra el cambio social progresista en América Latina. Pero para quienes realmente se preocupan por los derechos humanos, la democracia y las normas fundamentales de la decencia humana, esto es totalmente inaceptable.
Países como Nicaragua y Venezuela deben ser aplaudidos por afirmar su derecho a la soberanía nacional, rechazando la hipocresía manifiesta, la arrogancia y la crueldad de Occidente. Espero sinceramente que otras naciones en desarrollo sigan su ejemplo.
Nota elaborada por: Daniel Kovalik, Mintpress News