Las Naciones Unidas, a través de su secretario general, António Guterres, ha solicitado reabrir las escuelas en medio de la pandemia del COVID-19 y tomar todas las medidas para evitar una catástrofe educativa.
La agencia que vela por la educación universal, UNESCO, estima que en el mundo unos 24 millones de estudiantes puedan perder o abandonar el sistema educativo por el cierre de los centros debido a la pandemia.
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En Nicaragua las escuelas no se han cerrado, más bien se ha inculcado desde ahí, todas las medidas necesarias para enfrentar a la contagiosa enfermedad y que el mensaje de prevención se disemine.
“Están conscientes que cada vez que los hijos, los hijos de trabajadores, los hijos de los campesinos no se le da acceso a la educación, obviamente eso es un atraso y un retraso, obliga a la familia a estar en pobreza extrema, ese es el llamado que hace la ONU hoy", explicó el profesor José Antonio Zepeda, diputado de la Asamblea Nacional.
"Se ha respondido a ese llamado, no desde hoy, sino desde el año 2007 cuando restauramos la educación pública gratuita con calidad y que hemos estado garantizando la educación a todas las familias nicaragüenses, por lo tanto, una vez más Nicaragua demuestra tener la razón y no cerrar las escuelas y permitir el acceso a los niños y niñas, para seguir desarrollando sus habilidades y conocimientos así como mejorando el aprendizaje”, agregó.
El aporte de las teleclases
Ante la situación del coronavirus, durante el receso intersemestral, se le orientó a los estudiantes ser parte de un reforzamiento a través del sistema de teleclases, espacio que propició fortalecer los temas impartidos en todas las modalidades.
“Nicaragua viene trabajando con una visión integral, que tiene que ver con educación, alimentación y salud, tiene que ver con la totalidad y se ha venido trabajando con todas esas agencias de las Naciones Unidas, no podes sacrificar el resto por una sola cosa, porque si sacrificas actividades como la educación, o la alimentación, solo por tener en cuenta la salud, estás dañando la salud; entonces obviamente el Gobierno de Nicaragua tuvo la razón desde el principio en no cerrar las escuelas, tomando en cuenta que la niñez no es afectada gravemente por el COVID-19”, dijo por su parte el analista Jorge Capelán.
Cada colegio de Nicaragua mantiene estrictas medidas sanitarias para que los niños y niñas reciban el pan del saber sin mayor complicación.