Todos tenemos una historia musical que caracteriza los instantes que hemos vivido, momentos que marcaron nuestra existencia y que al recordarlos en una pieza musical reviven una pasión que jamás se olvidará, porque sencillamente se guarda en el corazón y se refleja en esa canción que es tu vida misma.
Por el andar de la vida se escuchan experiencias de personas que cuentan cómo una canción transformó su manera de pensar y les quitó el miedo a amar y a vivir. Si bien es cierto todos conocemos a alguien a quien llamamos un ser frío, porque no se le conoce pareja, porque cuando se le habla de amor prefiere huir y porque no le gusta expresar sus sentimientos; lo que no sabemos es que en el silencio de la noche, mientras todos duermen, esa persona sueña con un mundo lleno de ilusiones y lo hace escuchando una melodia, desde las grandes piezas de Beethoven hasta las "charrangachangas" sentimentales que el grupito musical del barrio entona.
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Y es que la música y el amor son una fusión perfecta, no tienen fronteras, están en todo y lo transforman todo.
Mientras te encuentras en un lugar silencioso todo cambia cuando una canción suena y ni siquiera importa el género, importa lo que esa canción te hace sentir, escuchás cada palabra que contiene y cada una te transporta a tu momento vivido.
Grandes artistas han mencionado que cuando escriben música poetizan lo que sienten, dejan en cada letra que es acompañada con el acorde de un instrumento, eso que los y las hizo volar alto. Además manifiestan que aunque esas grandes historias de amor hayan fracasado las recuerdan porque el amor no muere cuando es verdadero. Y recordar es volver a vivir.
Decía Mahatma Gandhi que “donde hay amor hay vida” y eso es lo que la música hecha con amor transmite: vida.
No se debe olvidar si, que hay grandes canciones que se han vuelto un éxito y no son necesariamente de amor de pareja, algunas hablan de desepciones amorosas, otras de cuánto te preocupas por el medio ambiente, de cuánto quieres a tu familia, algunas incluso de quién eres verdaderamente; pero a lo que se quiere llegar con esto es que los artistas para crear una canción y vos, para lograr sentirte indentificado o identificada, tuvieron que sentir algo y el amor es eso, es sentir.
Los tiempos han cambiado y el sentido de la música también, lo que nunca cambiará será el hecho de que aún el corazón más frío siente amor y aunque la era moderna venga acompañada de piezas musicales distintas, la primera esencia sigue ocupando su lugar y eso lo vemos reflejado en las canciones llenas de magia, salidas del alma de nuestros abuelitos que ven el atardecer desde sus hamacas y con sus guitarrras y con gran sentimiento las interpretan.
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El amor nos elige así como una canción nos roba la atención y se queda en lo más profundo de nuestro ser.
Si querés transmitir eso que te llena el alma y que te hace perder la cordura pero no sabes cómo hacerlo, hazlo en una canción, porque cuando tus sentimentos escritos se fusionan con la dulce melodía de un instrumento, hacen que la magia surja por sí sola.