Con solo 20 años, James Baldwin ganó el premio al "jugador más veloz del mundo" en carreras de videojuego. Él no lo sabía aún, pero fue el inicio de su camino para convertirse en un piloto de carreras profesional.
A diferencia de la inmensa mayoría de los conductores de alta velocidad, todo comenzó detrás de una pantalla. Por ello, muchos expertos en automovilismo consideran que la carrera deportiva profesional de Baldwin sueña a algo casi imposible, pero es cierta.
El joven de 22 años ahora vive una nueva etapa en su vida que está muy lejos de los videojuegos y las computadoras. Una fase en la que el nacido en Buckinghamshire, Reino Unido, entrena de manera constante para convertirse en uno de los pilotos de carreras más rápidos del mundo, del mundo real.
La mayoría de los pilotos profesionales comienzan participando en carreras en circuitos de karts. Fue, por ejemplo, el primer paso de la carrera de conductores como Lewis Hamilton, multicampeón de la Fórmula 1.
El piloto británico fue uno de los ganadores más jóvenes de esa competencia con 23 años. James, por su parte, también corrió karts, pero abandonó los circuitos a los 16 años por falta de dinero.
En aquel momento pensó que su carrera en el automovilismo había terminado antes de comenzar. "Entré en ingeniería y no tuve más carreras de ningún tipo en mi vida", señala James a Newsbeat de la BBC.
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Dos años después, descubrió en una tienda un equipo de simulación con volante y pedales a la venta por US$330 y quedó fascinado. "En ese momento, las carreras electrónicas no estaban en auge, entonces no tenía ni idea. Era algo más casual", relata. Así fue como James volvió a conducir.
El joven pasó aproximadamente un año como jugador ocasional hasta que logró terminar en el top 10 de un evento de deportes electrónicos con el que logró un viaje a Austria con todos los gastos pagados para competir por un premio en efectivo.
"Me llevé a mi novia y pensé ‘¡esto es una locura!‘", relata. Terminó segundo en el torneo y recibió más de US$5.000. "Parecía que el sueño de ser un conductor había regresado, lo cual era una sensación bastante extraña", recuerda el joven.
El éxito continuo condujo a más viajes y una invitación a competir por uno de los trofeos más grandes y codiciados en los deportes electrónicos: "El jugador más rápido del mundo".
"La competencia se realizó en California y consistió en conducción real, simulación de manejo, pruebas de condición física y manejo mediático, todo durante dos semanas", explica Baldwin.
Entre los jueces estaba el piloto colombiano que llegó a la Fórmula 1, Juan Pablo Montoya, y el brasileño Rubens Barrichello. "Fue una competencia muy especial y única", recuerda el joven.
Enormemente competitivo
Baldwin cuenta que el evento fue "enormemente competitivo", pero que la clave de su victoria fue recordar cómo divertirse al volante. "Fue muy intenso. Dos semanas cuando estás solo en Estados Unidos, se siente bastante largo. Definitivamente fue una olla a presión", indica.
El premio de "El jugador más rápido del mundo" permitió a James obtener un millón de dólares para participar en la competencia automovilística GT (Gran Turismo) de Reino Unido.
Por si eso no fuera suficientemente bueno, también fue invitado al equipo propiedad de Jenson Button, campeón de Fórmula 1 de 2009 y leyenda de las carreras británicas. Pero, como tantas cosas en todo el mundo, todavía está en espera debido a la pandemia de coronavirus.
James no realizará una, sino seis carreras en el Campeonato Británico de GT en pistas emblemáticas como Brands Hatch, Donnington Park y Silverstone.
"Mi máxima ambición es ser uno de los mejores pilotos de carreras del mundo", señala el joven que hace menos de tres años estaba al volante, pero frente a una pantalla.