"¿Mamá qué va a tomar suerito?"; "Le doy una sobadita en los pies?"; "¿Se va a acostar?"; son las palabras que tiernamente le dice Rosa Alba Mejía a su madre Esmeralda Galeano de 78 años.
Con el paso de los años la relación madre hija se invirtió, tanto así, que ahora es la hija quien debe recordarle al ser que la trajo a este mundo que camine con cuidado, que se tome los remedios y que tiene que darse un baño.
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Doña Rosita tiene 78 años, y ha sufrido de embolia y derrame que la mantiene postrada en una silla totalmente inmóvil. "Yo a veces salgo a barrerle al vecindario para ganarme un billetito y poder así garantizarle su comidita, por que si ella lo hizo conmigo… ¿por que yo no lo voy hacer con ella?", dijo entre lágrimas Doña Alba Mejia, quien padece de polio y ha llegado a descuidar su propia salud por el bienestar de su madre.
"Nunca la voy a dejar sola"
Esta mujer habita en el barrio Adolfo Reyes, en Managua, quien desde muy joven comenta su hija que de la misma manera ella barría las viviendas aledañas para llevar para la comida.
"Fue muy activa mi mamá, es una persona distinta a lo que era hace 15 o 20 años y no por eso va dejar de ser mi mamá, yo seguiré con ella siempre, nunca la voy a dejar sola", dijo la noble hija.
Esta especial historia se conoció a través de la promoción "La Mamacita más Linda del Mundo" que hace Crónica TN8.
Tanto Alba como Doña Rosita recibieron bonitos regalos y confian en Dios que pasarán muchos más años juntas. "Yo amo a mi madre, la cuido y lo hago porque la quiero. Sé que nunca me voy a arrepentir. Yo insto a las demás personas que si tienen a su madre viva, la cuiden, la amen, la respeten, no las dejen solas que ellas son el ser que los trajo a este mundo", finalizó Alba.
A esta humilde anciana no le hacen falta los afectos y los gestos de amor, su hija es feliz teniéndola cerca y regresándole todo lo que un día recibió de ella.
