La Guardia Civil ha desarticulado una banda que secuestró y torturó a un matrimonio de empresarios madrileños hasta que consiguieron todo el dinero que querían. Estaban a punto de cometer otro secuestro similar, pero los agentes los detuvieron.
La actividad delictiva de este grupo delincuencial se centraba en la sustracción de efectos, prioritariamente joyas y dinero, mediante el empleo de una "violencia extrema" sobre sus víctimas, que eran detenidas previamente y eran torturadas para conseguir la información necesaria si no conseguían sus objetivos inicialmente.
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La investigación de la denominada 'Operación Río Lobos' se inició por la Sección de Delincuencia Organizada Contra el Patrimonio de la Unidad Central Operativa (UCO) y la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Segovia tras la denuncia presentada por un matrimonio de ciudadanos españoles en la que relataron que fueron asaltados por un grupo de personas cuando se desplazaban por la provincia segoviana.
Desarticulado un peligroso grupo criminal especializado en delitos graves contra el patrimonio mediante secuestros y torturas. Se centraba principalmente en la sustracción de joyas y dinero, mediante el empleo de una violencia extrema sobre sus víctimas.https://t.co/lZUjGXiKmW pic.twitter.com/2TggTSHtFm
— Guardia Civil ?? (@guardiacivil) February 4, 2021
Utilizaban trajes de Guardia Civil
Según explica este matrimonio en la denuncia, estas personas iban armadas y vestidas como miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Los denunciantes fueron introducidos por separado en sendos vehículos y trasladados por diversos tipos de carretera por espacio de casi dos horas, hasta llegar finalmente en "una especie de habitáculo" que describieron posteriormente como un contenedor de mercancías.
"En ese lugar comenzó la parte más dura de su cautiverio, al ser brutalmente agredidos para que revelaran donde tenían escondidas las joyas y el dinero en su domicilio, así como las claves de los sistemas de alarma y posibles cajas de seguridad", explican desde la Guardia Civil.
Este análisis, unido a los datos obtenidos en otras labores de investigación complementarias, permitió la obtención de una serie de "indicios de gran interés" para la investigación que, tras más de seis meses, permitieron a los agentes corroborar la existencia de un grupo perfectamente organizado y cohesionado, formado siempre por más de cuatro personas coordinadas para la perpetración de delitos graves.
Las mismas fuentes precisan que cada uno de los miembros tenía unas funciones perfectamente asignadas, como la selección de lugares y víctimas, medios de transporte a emplear, vigilancias sobre posibles objetivos y valoración del posible beneficio económico a obtener.
"Robo de gran envergadura"
Con todos los componentes del grupo delictivo identificados, los investigadores pudieron conocer "con total certeza" que tenían previsto, en un breve espacio de tiempo, llevar a cabo un "robo de gran envergadura" en una empresa del sector de las tecnologías, en el que calculaban hacerse con un botín estimado de más de 14 millones de euros.
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Cuatro de las personas detenidas son las que materializaron el secuestro, traslado y torturas de las víctimas, con cuya denuncia se inició esta investigación, mientras que los otros dos son los que, con la información precisa que proporcionan a los anteriores, ponen a las dos víctimas en el punto de mira de este violento grupo criminal y propiciaban que pudiesen ejecutar los delitos descritos "con precisión casi militar", por lo que son considerados cooperadores necesarios y, por lo tanto, coautores de los delitos investigados.
En total, se han llevado a cabo seis registros domiciliarios y en uno ellos uno de los objetivos de la investigación efectuó un disparo contra la fuerza actuante, "cuyo proyectil, milagrosamente, sólo rozó el cuello de unos de los agentes de la Unidad Central Operativa", aseguran desde la Guardia Civil.