Nueva York, 13 jul (EFE).- Un bebé de un año falleció este domingo en Nueva York en un tiroteo registrado en el barrio de Brooklyn, confirmó este lunes el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, que guardó un momento de silencio por la víctima.
El bebé, identificado como Davell Gardner, murió por los disparos de un hombre contra un grupo de personas que estaban celebrando una comida al aire libre.
1 year old Davell Gardner along with three other men were shot last night just after 11:30 at a BBQ right outside Raymond Bush Playground at Madison Street and Marcus Garvey Boulevard in Bedford-Stuyvesant. The baby boy was rush to a local hospital but couldn’t be saved. @NY1 pic.twitter.com/VL7UHP97AM
— Alyssa Paolicelli (@APaolicelli17) July 13, 2020
En el incidente también resultaron heridas tres personas que fueron hospitalizadas.
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En su rueda de prensa diaria, De Blasio aseguró que era "una noticia muy dolorosa", reconoció que todavía hay mucho trabajo por hacer en la ciudad e insistió en que seguirá esforzándose para poner freno al aumento de tiroteos que ha registrado la ciudad desde mayo pasado.
Tiroteos aumentan el 130%
El viernes pasado, las autoridades neoyorquinas lanzaron una iniciativa que implica a líderes comunitarios y ONG locales para intentar detener la violencia rampante en la ciudad y especialmente en Harlem, que al igual que otros barrios de la ciudad, como Brooklyn y El Bronx, ha sido testigo de un drástico aumento de los tiroteos en los dos últimos meses.
Según estadísticas de la Policía, un total de 39 personas murieron este junio en 205 tiroteos, lo que supone un aumento de los tiroteos del 130 % respecto al mismo mes del año pasado.
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El aumento de los tiroteos ha dividido a la Administración de Nueva York y al Departamento de Policía de la ciudad sobre sus causas.
Si bien ambos coinciden en que está directamente relacionado con las consecuencias de la pandemia y la casi total paralización de los tribunales de la ciudad; la policía sostiene que la prohibición de ciertas actuaciones -como una llave de estrangulamiento para inmovilizar a los sospechosos y la práctica de parar y registrar a gente-, consideradas violentas o arbitrarias, les está impidiendo actuar con la contundencia necesaria para detener la ola de violencia.