Miami, 12 jun (EFE).- Patricia Ripley, la mujer hispana acusada por la muerte de su hijo autista de 9 años, quien se ahogó en un estanque de Miami al que ella presuntamente lo empujó, se declaró este viernes no culpable durante una audiencia por videoconferencia.
Ripley, de 45 años, estuvo representada por la abogada Susy Ribero-Ayala en la audiencia en la que Fiscalía comunicó oficialmente al juez que su propósito es que sea condenada por asesinato en primer grado, lo cual implica que podría ser sentenciada a muerte.
La Fiscalía pidió más tiempo para sustentar la acusación y determinar si hay otros posibles delitos cometidos en el caso y el juez fijó una nueva audiencia para el 18 de agosto.
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La muerte de Alejandro Ripley, un niño con autismo e incapaz de hablar, al que los que lo conocieron definieron como "feliz" y "dulce", causó gran conmoción en Miami.
Especialmente después de que la Policía detuvo a su madre, solo unas pocas horas después de que el pasado 21 de mayo hubiera denunciado que su hijo había sido secuestrado por dos afroamericanos que buscaban drogas.
La Policía comprobó que la historia no era cierta y detuvo a la madre al día siguiente, cuando el cuerpo del niño fue hallado en un estanque cercano a un campo de golf, en el oeste de Miami.
Cuando fue confrontada por los policías, admitió haber tenido que ver con la muerte del niño y dijo que "iba a estar en un mejor lugar", según informaron fuentes policiales.
Además, en otra vuelta de tuerca, el 23 de mayo se pudo saber por un video de seguridad publicado en los medios que el mismo 21 de mayo Patricia había arrojado a Alejandro a un canal.
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Unos vecinos rescataron al niño y se lo entregaron a ella pensando que había caído al agua accidentalmente, según declararon a distintos medios.
Ese mismo día, horas más tarde, fue cuando supuestamente lo arrojó de nuevo al agua, aunque esta vez "desafortunadamente no había nadie que lo salvara", como dijo entonces la fiscal estatal de Miami-Dade, Katherine Fernández-Rundle.
Ripley, casada y madre de otro hijo, enfrenta acusaciones de asesinato en primer grado e intento premeditado de asesinato.
El esposo de Ripley, Aldo Ripley, y otros familiares asistieron a la primera comparecencia de la mujer ante la Justicia después de su detención, en la que le leyeron los cargos.
La acusada permanece detenida sin derecho a fianza.