Un neonazi estadounidense fue condenado este martes a cadena perpetua por el asesinato de una militante antirracista en 2017 durante un mitin de extrema derecha en Charlottesville.
James Fields, de 21 años, fue hallado culpable el viernes por un tribunal de esta localidad de Virginia del asesinato de Heather Heyer, cuando arrolló con su auto a manifestantes contrarios a un mitin de supremacistas blancos en Charlottesville.
El jurado formado por siete mujeres y cinco hombres le condenó a cadena perpetua y a una pena adicional de 419 años.
Fields arrolló con su automóvil a un grupo de manifestantes, mató a Heather Heyer, de 32 años, e hirió a varios otros en agosto de 2017 en la pequeña ciudad de Virginia antes de huir.
Durante el juicio, que duró una decena de días, sus abogados argumentaron que su cliente había actuado por miedo.
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Pero la acusación, citando varios documentos, alegó que el acto había sido premeditado. A su madre, que le pidió que tuviera cuidado cuando salió de casa, le dejó una nota en la que decía: "No somos nosotros quienes hemos de tener cuidado", añadiendo una foto de Adolf Hitler a su mensaje.
Según el acta de acusación, James Fields tenía varias cuentas en las redes sociales donde manifestaba su apoyo al supremacismo blanco y al Tercer Reich, y predicaba la violencia contra negros y judíos.
Heather Heyer "was not about hate."
She was about "bringing an end to injustice" when she was killed by neo-Nazi James Fields in Charlottesville.
Today, he was sentenced to life in prison (plus 419 years). pic.twitter.com/g7q6RRyO3Y
— AJ+ (@ajplus) December 11, 2018
La manifestación de Charlottesville de 2017 fue organizada por nacionalistas blancos para protestar por el anunciado desmantelamiento de una estatua del general sureño Robert Lee y manifestantes contra el racismo se reunieron entonces para contraponerse al mitin.
El presidente Donald Trump fue ampliamente criticado porque tras los incidentes tardó 48 horas en responder sólo para culpar a "ambas partes", a pesar de la abrumadora evidencia de que los neonazis fueron la principal fuente de violencia.
El incidente convirtió a Charlottesville en un símbolo del incremento de la osadía de la extrema derecha bajo la administración Trump.