Cada enero en El Sauce, León, se realiza la fiesta de Nuestro Señor de Los Milagros. De diversos lugares del país llegan peregrinos en carreta y a pie, que demuestran que el fervor popular no merma a pesar de la pandemia.
En los caminos que unen Somotillo con El Sauce son comunes escenas de gente peregrinando a pie o familias que se movilizan en las carretas, que avanzan en filas interminables no importando el sol, calor o polvo.
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"Es masiva porque la verdad cuando uno inicia esta peregrinación por primera vez queda impactado y ya la segunda vez no te querés quedar en tu casa, porque uno siente una gran motivación por el amor que Dios le tiene a uno", dijo el señor Efraín Maradiaga.
Debajo de los árboles y cerca de las quebradas es donde a veces descansaban los peregrinos para seguir el camino que totaliza más de 50 kilómetros y se realiza en tres días.
"Yo vengo desde pequeña a El Sauce, desde recién nacida, y me gusta participar porque es alegre ir a visitar al Señor de Esquipulas, porque vamos en familia", expresó la niña Gustary Mendoza.
Toda una vida en la tradición
Desde que tiene memoria, uno de los que realiza a pie ida y regreso la peregrinación es el joven José Francisco Medina.
"Yo tengo 27 años de venir a esta tradición, (…) una tradición que tenemos año con año y pedimos siempre muchas gracias al Señor de Esquipulas", refirió el joven originario de Somotillo.
Son breves los momentos de descanso. Constantemente se tienen que preparar los animales para emprender el camino que no distingue entre el día y la noche; una peregrinación cansada que demanda un gran esfuerzo y sacrificio.
"Aunque sea un viaje tan pesado, doloroso (porque nos duelen los pies a los que venimos caminando), nos salen llagas y todo; pero lo hacemos por la tradición y por los favores recibidos", comentó la señora Flor Magdalena Lanzas.
Lo más pesado es cuando en la penumbra de la noche; deben subir empinadas cuestas. Después de tres días, llegan a El Sauce en vistoso y alegre desfile que abarrota las calles del municipio para que finalmente puedan ingresar al Santuario.
Devoción pura
"Por el nacimiento de nuestra hija que fue muy difícil, tenia problemas ella (esposa) y se lo encomendamos al Señor de los Milagros", fueron las palabras del señor Walter Rodriguez, originario de una comunidad Achuapa.
Las familias hacen largas filas para dar gracias, orar, colocar velas y simplemente contemplar la imagen original que llegó a El Sauce hace casi 300 años.
"Tengo varios años visitando al Santo por los muchos milagros que he recibido de él, principalmente la salud de mi papá", refirió la señora Lucila Herrera, originaria de Chacraseca, León.
Este año más de 200 carretas visitaron El Sauce, casi un centenar más que las registradas el año pasado: una muestra del auge de tradición religiosa del occidente de Nicaragua.
"La tradición tiene 298 años de la presencia de Nuestro Señor de los Milagros, Nuestro Señor de Esquipulas", destacó la alcaldesa de El Sauce, Rosa Amelia Valle.
Estos peregrinos acompañan las actividades religiosas durante el tiempo que permanecen en El Sauce.