Autoridades de Argentina investigan la muerte de un niño de 5 años de edad luego de ingerir dióxido de cloro que le administraron sus propios padres, para prevenir que se contagiara de covid-19.
El pequeño falleció este fin de semana debido a un ‘fallo multiorgánico’ en un hospital de la localidad de Plottier, en la provincia de Neuquén.
De acuerdo con el reporte, los padres del niño confesaron a los médicos que le habían suministrado dióxido de cloro a su hijo un día antes, de forma preventiva.
Murió un chico de 5 años en Neuquén después que sus padres le dieran dióxido de cloro. Comunicado oficial del ministerio de Salud de la provincia. pic.twitter.com/cKxkzrghD0
— Iván Schargrodsky (@ischargro) August 15, 2020
Debido a que el niño no tenía antecedentes de enfermedades, su fallecimiento se investiga como ‘muerte dudosa’ y el hospital dio aviso a las autoridades de justicia.
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"La ingesta de dióxido de cloro puede causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales”, advirtió el Ministerio de Salud argentino tras conocer el caso.
La Fiscalía de Homicidios de Neuquén anunció el inició de una investigación para establecer las circunstancias de la muerte del niño.
La autopsia realizada reveló que el menor murió como consecuencia de un fallo multiorgánico, pero se solicitaron estudios complementarios, como análisis clínicos y toxicológicos de las muestras recolectadas, para determinar si el dióxido de cloro fue la causa de muerte.
Las autoridades aclararon que antes de realizar la autopsia, el cuerpo del niño dio negativo por covid-19 en una prueba de hisopado.
¿Qué es el dióxido de cloro?
El mortal químico es un gas de color amarillo o amarillo-rojizo que se utiliza como blanqueador en la fabricación de papel, en procesos de descontaminación de construcciones y tratamiento de agua.
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Los efectos del dióxido de cloro son irritación en tejidos humanos como en boca, esófago y estómago. Puede provocar náuseas, vómito y diarrea, además de trastornos hematológicos, renales y cardiovasculares.
