En Chaco, una provincia de Argentina, cientos de personas se vieron aterradas tras la aparición del «pájaro fantasma», un ave que no se deja ver fácilmente y guarda una leyenda escalofriante que dio lugar a que se lo denomine como “pájaro fantasma”.
El video, que en minutos se viralizó, muestra al Kakuy o Urutaú nombre real del ave imponente ante la atenta mirada de los vecinos que no salían de su asombro, ya que su presencia es exclusiva en los bosques y en especial durante las noches.
El ave camufla su plumaje con la corteza de los árboles del monte, por eso también lo han llamado “pájaro estaca”. Para algunos habitantes del noroeste argentino, es considerado un pájaro de mal augurio, Incluso afirman que ese grito agudo y melancólico, similar al lamento humano, varía en intensidad y suele sorprender y asustar a los desprevenidos.
Apareció el “pájaro fantasma” en Chaco, Argentina
Myrna Paré, una vecina de la zona, no pudo ocultar la emoción al toparse con el ave. “No lo podía creer a luz del día; no podía ser posible eso. Un ave de esa dimensión no se deja ver jamás. Solo se hace escuchar por las noches en los montes y bosques con su llanto temeroso y es aterrador. Por eso, cuando lo vi fue emoción, alegría y asombro”, explicó.
Ahora bien, ¿qué hay detrás de este pájaro, que lo hace tan aterrador? La historia del Kakuy o Urutaú se remonta a décadas atrás y tiene por protagonistas a una pareja de hermanos indígenas que quedaron huérfanos a muy corta edad.
Mientras que el joven era de corazón noble, muy trabajador y se dedicaba a cuidar a su hermana, la pequeña, por el contrario, era malcriada y lo trataba muy mal.
Según el mito, un día, luego de regresar de una larga jornada de trabajo, el joven le pidió a su hermana que le preparara un poco de agua endulzada con miel. Ella, enojada por el pedido, fue en búsqueda del agua, pero antes de entregársela, la dejo caer sobre el cuerpo de su hermano.
El joven estaba dolido con su hermana, no podía entender su comportamiento y, mientras deambulaba por la oscuridad del bosque, decidió darle un escarmiento. La invitó a pasear por la montaña, aunque detrás de eso se escondía su venganza. La leyenda cuenta que hizo trepar a su hermana al árbol más alto para conseguir miel mientras él subía por el otro lado del arbusto. Cuando vio que estaba en lo más alto, bajó a toda velocidad y cortó las armas con un hacha, para asegurarse de que su hermana ya no pudiera bajar de allí.
El joven se alejó del lugar mientras su hermana, muerta de miedo, en lo más alto del árbol gritaba desesperada. Cayó la fría noche y de tanto llamarlo, quedó sin voz; su cuerpo se fue quedando quieto, inmóvil. Sus pies se convirtieron en garras, su nariz y uñas se arquearon, sus manos se transformaron en enormes alas, y todo su cuerpo se cubrió de plumas: ya era un ave nocturna.
De aquí que su nombre es kakuy, el grito que dejó su garganta seca y por lo que quedó muda mientras clamaba por su hermano: “¡Kakuy! ¡Turay! ¡Kakuy! ¡Turay!”, que en el lenguaje quechua significa “¡Hermano…Hermano!”.
Para algunos habitantes del noroeste argentino, es considerado un pájaro de mal augurio. Otros, en cambio, lo ven con admiración por ser el protagonista de una famosa leyenda.