El cuidador de un zoológico de Costa Rica acaparó la atención de miles de usuarios en YouTube luego de ingresar al hábitat de un enorme cocodrilo para alimentarlo con un pollo vivo, pero decidió subirse al lomo del depredador y ocurrió lo impensado.
En la grabación de YouTube se aprecia al hombre ingresar al recinto del animal sin ningún tipo de medidas de protección a la hora de alimentarlo. Cuando ambos personajes se encuentran cara a cara, el enorme cocodrilo parece redimirse a los deseos de su amo, pues se percata que entre sus manos se encuentra un pollo vivo.
Mientras el hombre realiza una danza muy peculiar en medio del lago, el cocodrilo se acerca lentamente para recibir un pollo vivo y saciar su voraz hambre. Lo más impactante del video viral de YouTube es que el cocodrilo en todo momento estuvo muy tranquilo por la presencia de su cuidador, quien hacia alarde del compañerismo que ambos protagonizaban, pero minutos después, el acercamiento se hizo inminente y ocurrió lo inimaginable.
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De un solo tirón, el hombre dio un pollo vivo al enorme cocodrilo que esperaba con paciencia las ganas de su extrovertido cuidador y ‘mejor amigo’. Sin embargo, las escena que dejó ‘helados’ a más de uno en YouTube fue que el hombre decidió subirse al lomo del feroz depredador como haciendo alarde de su buena suerte.
A través de YouTube, la indignación de una gran cantidad de internautas se hizo evidente, ya que hubo quienes mencionaron que no era necesario entregar como alimento a un animal que aún se encontraba vivo; no obstante, hubo quienes prefirieron restarle importancia al hecho, afirmando que se trata de algo bastante habitual en un zoológico.
Sin embargo, esta insólita escena de YouTube no sería posible si ambos personajes no se hubieran conocido desde tiempos memoriables. Gilberto Shedden o más conocido como “Chito” se encontró en 1989 con un cocodrilo moribundo en la orilla del Río Parismina. El hombre descubrió que el cocodrilo conocido como "Pocho" había recibido un disparo en el ojo izquierdo por parte de un granjero local que le habría disparado por intentar atacar a su ganado. Durante seis meses, le proporcionó pollo, pescado y medicamentos, dormía con él, le daba besos y abrazos.
