Una boda celebrada en Acapulco, Guerrero, ha conmocionado a miles de internautas. El motivo es que la pareja está conformada por una mujer joven y un ‘niño’ que bien podría estar cursando la primaria.
Muchos usuarios en redes pensaron que se trataba de un matrimonio arreglado por los padres del menor, e incluso hubo quienes hablaron de tráfico de menores.
Sin embargo, la realidad es mucho más sorprendente y encantadora. Se trata de un hombre con una rara enfermedad que lo hace lucir como un niño, aunque en realidad tiene 19 años.
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Johna encontró el amor a pesar de su particular condición y logró casarse con la mujer de sus sueños. La boda se llevó a cabo en Xaltianguis, una zona rural en Acapulco, donde contrajeron matrimonio por el civil y luego celebraron con toda su familia.
La fiesta duró dos días y los felices novios compartieron fotografías que le han dado la vuelta a México.
Como parte del festejo hubo las tradicionales mojigangas, máscaras o disfraces usados en carnaval, especialmente de animales. Además, los novios salieron a la calle para hacer despedir su soltería al ritmo de la música de viento y montados en un burro. Al día siguiente sellaron su amor frente a un representante del registro civil y el baile de la calabaza, en el que se intenta tirar al novio de una silla.
Sin duda está boda será recordada por muchos años, al igual que la de Ariel, un niño de primaria que fue obligado a casarse en la kermés de su escuela. El video del suceso se viralizó en redes sociales el año pasado, pero de vez en cuando los cibernautas lo rememoran y no pueden evitar soltar una risotada.
Y es que el pequeño Ariel no quería casarse, pero a pesar de todos sus esfuerzos por tratar de evitarlo no logró su cometido. La novia tomó su mano a la fuerza y lo obligó a firmar el papel que oficializó el compromiso.
El video que hizo estallar a miles de usuarios en internet fue tomado durante una festividad escolar en un colegio de la ciudad de Torreón, Coahuila, ubicada al norte de México. Ese día los alumnos asistieron a la escuela vestidos con trajes típicos para celebrar el aniversario del inicio de la Revolución Mexicana, que se conmemora el 20 de Noviembre.
Entre los asistentes se encontraba el pequeño Ariel, un niño con un bigote postizo al estilo Emiliano Zapata que no imaginó que ese día iba contraer matrimonio a la fuerza. Al menos cuatro de sus compañeritos, entre ellos la novia, lo arrastraron por el patio de la escuela para llevarlo hasta la mesa del “Registro Civil”.
“¡Aquí está el otro!” dijo uno de los pequeños a modo de sentencia, acabando de esta manera con las últimas oportunidades que tenía Ariel para escapar. La mujer encargada de oficializar las “uniones matrimoniales” dijo a los niños que el futuro esposo tenía que firmar el documento por su propia voluntad, pues uno de los pequeños ya estaba más que apuntado para hacerlo en su lugar.
Aunque se aferró hasta el último momento, Ariel se quedó sin opción. Incluso para ponerle el anillo tuvieron que sujetarlo entre varios de sus compañeros y cuando la maestra le preguntó de qué color quería el anillo, la novia se adelantó y respondió en su lugar: “¡No importa el color, el que sea!”.