En la localidad brasileña de Blumenau, estado de Santa Catarina, un delincuente armado ingresó a una tienda con la intención de robar, pero se llevó una herida de bala en la espalda propinada por la dueña del local.
La noche del 26 abril, cuando la pareja propietaria del local conversaba con una cliente, un individuo ingresó a la tienda e inmovilizó al esposo. Sin embargo, su pareja que se encontraba en la caja sacó una pistola y abrió fuego contra el delincuente. En ese momento la víctima consiguió levantarse y arrebatarle el arma al desconocido.
El malhechor, que ya contaba con antecedentes penales, fue trasladado a un hospital, donde se encuentra bajo custodia policial. Desde la Policía local comunicaron que la mujer actuó en legítima defensa, y que el arma de la pareja tiene los debidos registros y la autorización para ser utilizada en el establecimiento comercial.
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Estar en alerta ante la presencia de cualquier persona sospechosa. La actitud que muestre puede resultar esencial. Los amigos de lo ajeno tienen una peculiar manera de comportarse.
Todas las ventanas y cerraduras de las puertas deben ser de alta resistencia, sobre todo si nuestro establecimiento es una relojería o cuenta con objetos de mucho valor.
En el local sólo conservaremos una cantidad mínima de dinero en efectivo. A medida que se vaya acumulando lo guardaremos en una entidad financiera o en la caja fuerte. Es preciso, además, que no establezca una hora o ruta habitual para realizar los depósitos en el banco.
Instale un sistema de alarma y con una cierta frecuencia compruebe que funciona con normalidad. Intentaremos anunciar a los posibles ladrones los distintos sistemas de seguridad que tenemos en la tienda.
No dificulte nunca la visibilidad en el interior del local colocando demasiados elementos en las vidrieras.
Coloque un circuito cerrado de televisión con el propósito de presentar unas pruebas ante la policía en caso de hurto.
Tanto dentro como fuera de la tienda debe haber una luz adecuada.
La oscuridad es un perfecto aliado para los ladrones, que podrán trabajar con más comodidad.
Pon en la puerta del local un dispositivo que haga algún tipo de sonido, que te permita estar en todo momento atento a las entradas a la tienda. El presunto ladrón sabrá que el propietario conoce que alguien ha entrado en el establecimiento y que estará vigilante.
Coloca espejos que no alteren la estética de la tienda y que te ayuden a observar los rincones de difícil acceso. Así conseguirás vigilar a los clientes sin que se sientan presionados al tiempo que visualizan los productos.
Cámaras ficticias, que en realidad ni graban. A veces basta con poner un simple cartel con su presencia para ahuyentar a los amigos de lo ajeno.