Paul Smith es el fotógrafo que se volvió famoso luego de que lograra captar un impresionante fenómeno reconocido como muy difícil de registrar por la rapidez y altitud en que ocurre, se trata de un “espectro rojo”.
El caso lo dio a conocer el medio inglés Daily Mail y se produjo el 6 de octubre en la ciudad de Edmond, Oklahoma, Estados Unidos, cuando el hombre dejó su cámara grabando y pudo recabar las luces rojas de ese fenómeno.
“Los espectros rojos son descargas eléctricas que se presentan desde lo alto de las nubes hasta lo más alto de la ionosfera y se producen por encima de las tormentas eléctricas, lo que significa que están bloqueados a la vista”, explicó el medio mexicano Universal.
En el video de Smith, se observa con claridad la luz rojiza que se repite en varias ocasiones y, según la información, estos efectos suelen estar a 50 y hasta 90 kilómetros de altura, señaló La Prensa Libre.
Un sprite es una descarga eléctrica que se produce por encima de las nubes o cumulonimbus en tormentas intensas en la parte de la atmósfera denominada mesosfera. Por debajo tiene una estructura tipo filamentosa azul que puede alcanzar 30 kilómetros y en su parte superior es un destello luminoso rojo-anaranjado.
Se forman en grupos o en solitario y llegan a alcanzar una altura que va desde los 50 hasta los 90 kilómetros de altitud. Horizontalmente algunos llegan a tener 50 kilómetros de longitud. Debido a su poco brillo superficial solo han sido registrados de noche, principalmente con cámaras de alta sensibilidad.
Es bastante raro que se produzcan pero hay tormentas en los que se producen en cantidad y duran entre 3 y 10 milisegundos y eso los hace difíciles de estudiar sabiendo poco de su naturaleza, alcanzan velocidades superiores a los 1.600 km/s. Por su corta duración son imposibles de filmar con cámaras normales.
Se producen cuando a veces la parte superior de la nube que tiene carga positiva produce un relámpago a Tierra sufriendo dicha parte un déficit de electrones originando un tremendo voltaje entre la nube y la ionosfera, lo que provoca una aceleración de los electrones que acaban chocando violentamente con las moléculas del aire.
Se calcula que uno de cada veinte de este tipo de rayos tiene la suficiente energía como para producir espectros hacia arriba de la nube. Debido a su rápida formación no se puede seguir con los ojos, pero su estructura vertical y el color rojo puede ser percibida.