Una joven de 25 años en Inglaterra ha tomado un extraño hábito alimenticio, el cual se basa en recoger desperdicios de basureros cercanos a restaurantes para lograr así reducir su gasto semanal en comida y ocupar eso para poder viajar.
Josephine Liang es el nombre de esta mujer que es parte de una comunidad creciente de "freegans", que son los que comen alimentos que fueron descartados recientemente y que muchas veces simplemente se echan a perder. Entiéndase que no es por situación económica que adoptó esa forma de conseguir sus alimentos.
Según un video que aparece en CGTN, Liang solía comprar de forma regular en el supermercado pero luego encontró una alternativa "barata" de conseguir comida, en donde le tocaba estar rebuscando en bidones de basura y rescatando todo lo que no estuviese descompuesto, con lo que ha conseguido rebajar a cinco libras el gasto semanal para poder sustentarse. El método que usa es esperar a que los negocios de comida o cafeterías cierren, luego se asoma al lugar donde depositan la basura y mira qué puede usar.
"Quiero enseñarles a las personas la amplitud de variedad de comida que se tira y que es más fácil para todos comer bien y barato con solo la comida que la gente está desperdiciando", explica Liang a UK Business Insider.
Según el perfil de LinkedIn de Josephine ella se graduó de la Universidad de Oxford en 2016 con una maestría en Ciencia de la Salud Global, quien ahora trabaja para Tristam Stuart, un historiador y escritor británico, autor del libro "Despilfarro: el escándalo global de la comida".
¿Qué piensan de este método? Está claro que en los países desarrollados como Inglaterra muchos restaurantes desperdician comida que queda en los platos o bien platos servidos que por algún detalle menor deciden no entregarlo a los clientes, así que esa comida se pierde al basurero cuando está en buenas condiciones. Además, hay que reconocer que en países del primer mundo tienen unas normas de salud muy estrictas así que no esperen que sea un basurero totalmente asqueroso, sino uno que tiene una mejor presentación y que, en teoría, pudiera mantener la comida "fresca" aún cuando ya fue descartada.