Un supermercado cometió el error garrafal de promocionar televisores a 4 dólares y clientes utilizaron YouTube para difundir su denuncia.
En la ciudad de Xcalak del estado de Campeche (México), una cadena de tiendas de nombre ‘Bodega Aurrera’ cometió un error al anunciar el precio de televisores y sus clientes exigieron que se respete lo ofertado.
Un video compartido en YouTube, muestra a unos indignados compradores reclamar con letrero en mano que el supermercado al que acuden normalmente se negó a respetar el cobro de 64. 50 pesos mexicanos (casi 4 dólares americanos) que ofertaban por un televisor de pantalla LED de 42 pulgadas.
Una de las mujeres afectadas identificada como ‘Jeny’ contó en el video cómo los trabajadores de la tienda se negaron a realizar el cobro por el artefacto. “El mismo gerente nos dijo que solo podría cobrarnos 3 mil pesos (172 dólares) y no los 64 del cartel”, publicó Larepublica.pe
Asimismo, la misma señora asegura que ni siquiera le faltó uno o dos ‘ceros’ al precio que figura en el cartel sino el precio original era de 4,450 mil pesos (824 soles). “Ni ellos mismos se ponen de acuerdo en el precio”, agregó.
Finalmente, se supo que 10 clientes interpusieron una denuncia ante la Procuraduría Federal del Consumidor de México (Profeco) para que se respete el precio anunciado. Y un representante de dicha institución comunicó que ‘Bodega Aurrera’ deberá cumplir con lo ofertado o tendrá que pagar 300 mil pesos de multa.
Recientemente un joven aprovechó un error de redacción de una oferta en un supermercado para llevarse 235 desodorantes por 39.90 pesos mexicanos, unos 7 soles.
Juan de Dios Partida compartió la insólita historia en sus redes sociales. El joven acudió al supermercado Arteli, ubicado en Altamira, Tamaulipas (México), y al pasar por la sección de desodorantes se llevó una gran sorpresa.
"TODOS los desodorantes AXE 96 o 112 G V/Aromas de 59.90 A SOLO 39.90", decía el letrero que anunciaba la oferta de estos productos.
Es decir, el letrero no especificaba que el precio sea por unidad. Sin dudarlo dos veces, Juan de Dios Partida metió todos los desodorantes en un coche y se acercó a pagar en la caja registradora. Sin embargo, cuando pidió que le validaran la oferta, la cajera se negó.