El sábado se llevó a cabo el concierto de despedida del Wacho, tecladista de las bandas nicaragüenses Ple y Nadsat, en donde también estuvo presente Digan Whisky para amenizar una noche llena de sentimiento y nostalgia por este peculiar músico.
Tuve oportunidad de compartir con Jamil Zeledón (Wacho) durante buena parte de la noche en el bar Otra Ronda, en donde me comentó su deseo de ir a estudiar cine en Estados Unidos, un sueño que se le hace realidad y cuya oportunidad no quiere desaprovechar para lograr afianzar sus conocimientos en esta materia.
Comenzó la noche musical con Ple, que con sus ritmos variados e instrumentales dieron ese punto de partida para ir calentando motores y además apreciar a esta banda que, con la despedida del Wacho, también estarán diciendo adiós a los escenarios dentro de pronto.
Luego se nos vino Digan Whisky con tonadas alternativas y alegres hacían que el público presente se animara a brincar y a corear algunos de los temas, que ya son conocidos gracias a la rotación musical de La Rock FM.
Poco después de las 11 de la noche vino la parte esencial del toque con Nadsat, quienes salieron con esa energía que los caracteriza y se podía observar a un Wacho enchufado e inspirado, soltando su creatividad y talento con el teclado. Incluso a como es costumbre en las presentaciones de esta banda, hicieron el cover de Una Vela, rola de Intoxicados, donde Zeledón se puso en el micrófono a lanzarse parte de la misma, claramente emocionado y cantando desde sus adentros.
De igual manera canciones como Zanate Blues, Managua, Mr. Happy y Lázaro hicieron que la gente brincara, gritara e incluso intentaran en partes hacer mosh, pero sin malicia para que nadie saliera lastimado, a como debe ser.
Durante las intervenciones que hizo César Cáceres, vocal de Nadsat, contaba la importancia de Wacho para todos ellos tanto en música como en amistad, por lo que saben que sentirán gran pesar cuando finalmente el delgado músico con estilo setentero emprenda rumbo hacia el cumplimiento de su sueño.
El evento no terminó ahí, luego amistades y conocidos de la banda nos trasladamos hacia la casa de Zeledón, donde la fiesta continuó hasta que salió el sol, todos comentando distintas anécdotas con este joven que será realmente extrañado por amigos que comparten este ambiente de la música emergente en nuestro país.
No me queda más que decir que: ¡Feliz viaje y suerte en todo Wacho!.