La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) seguía desconociendo este jueves el paradero de nueve pacientes y 24 empleados, cinco días después del bombardeo estadounidense de su hospital de Kunduz, en Afganistán, en el que fallecieron al menos 22 personas.
La noche del ataque, el personal de MSF atendía a 105 pacientes y «nueve de ellos siguen desaparecidos», declaró Guilhem Molinie, responsable de la misión de la ONG en Afganistán, en una rueda de prensa en Kabul.
Molinie añadió que 24 de los 461 empleados que trabajaban en el hospital «no dieron señales de vida». «Intentamos encontrar su rastro», dijo el responsable, que consideró que «no se reúnen las condiciones» para una reapertura del hospital de MSF en Kunduz.
La ONG retiró a todo su personal del establecimiento, un día después del ataque estadounidense reclamado por el ejército afgano, en el que murieron al menos 12 empleados y 10 pacientes.
El presidente estadounidense Barack Obama presentó el miércoles sus excusas a MSF, pero la ONG pide una investigación internacional independiente sobre lo ocurrido.
Kabul, Afganistán | AFP