Cientos de niñas tanzanas regresaron a casa el lunes tras pasar tres meses escondidas en casas de acogida para escapar a la mutilación genital, anunció la televisión estatal.
Unas 800 estudiantes fueron acogidas en refugios gestionados por organizaciones caritativas y por la iglesia durante los meses en los que tradicionalmente se practica la ablación genital femenina, una operación que puede ir de la extracción del clítoris a la mutilación de todo el aparato genital.
Algunos de los refugios contaron con presencia policial para garantizar la seguridad de las niñas. Algunas explicaban que resguardarse en estas casas es la única forma de escapar a la mutilación. Los activistas llaman a esta operación «mutilación» en lugar de «circuncisión femenina», para dejar claro los peligros que implica.
La mutilación genital femenina fue prohibida en Tanzania en 1998 y castigada con la 15 años de cárcel, pero sigue practicándose regularmente, especialmente en el norte y el centro del país, de forma secreta, precaria y sin anestesia.
Arusha, Tanzania | AFP