Filipinas ha iniciado este jueves el entierro de sus víctimas por el paso del tifón Haiyán. Algunos de sus muertos quedarán enterrados en una fosa común de un cementerio en una ladera.
En el exterior de la alcaldía de Tacloban, docenas de cuerpos en bolsas fueron alineados el martes a la espera de ser trasladados al cementerio para enterrarlos. El hedor a muerte saturaba el aire.
En la primera de estas operaciones, 30 cadáveres en bolsas negras fueron colocados en tumbas sin siquiera una oración.
Funcionarios indicaron que se han hecho esfuerzos para identificar los cadáveres para que los familiares tengan la oportunidad de saber lo que sucedió a sus seres queridos en los próximos días o semanas. No queda claro si esto incluye pruebas de ADN.
Las autoridades informaron que se confirmó la muerte de 2.357 personas, pero se espera que la cifra aumente, quizá enormemente, una vez que se reciba información de otras áreas de la zona de desastre.
Agencias
