Alcalde de Nueva York llama a la reconciliación en funeral de policía asesinado

El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, llamó el domingo a la reconciliación durante su tributo a Wenjian Liu, el segundo de dos policías asesinados el mes pasado en una emboscada que llevó a acusaciones de que el alcalde había contribuido a un clima antipolicial.

Liu, de 32 años, y su compañero Rafael Ramos, de 40, fueron asesinados el 20 de diciembre, en el interior de su vehículo patrulla en Brooklyn. El asesino, Ismaaiyl Brinsley, declaró que lo hizo en venganza por las muertes en los últimos meses de dos hombres negros que no iban armados a manos de policías blancos.

Políticos, policías y otros dolientes se unieron a los familiares de Liu, en un servicio realizado en una casa funeraria en Brooklyn. Afuera, una marea de oficiales de policía permanecieron en silencio. Apenas una treintena de ellos le dio la espalda a De Blasio cuando éste inició su discurso, pese a la petición del comisionado de policía, Bill Bratton, de que se abstuvieran de realizar un gesto que ha llegado a ser símbolo del desprecio de la fuerza hacia el alcalde.

«Desde sus inicios, Nueva York ha sido una ciudad tolerante (…) pero se han dado ocasiones en las que esa armonía ha sido desafiada», dijo De Blasio en el funeral, uno de los más concurridos en la historia de la policía de la ciudad de Nueva York.

«Volvamos a dedicarnos a esas grandes tradiciones de Nueva York de mutuo entendimiento y de vivir en armonía». La cantidad de personas que llegó a honrar a Liu parecía ser casi la misma que participó en el homenaje a Ramos. Gran parte de quienes acudieron al servicio era de origen asiático.

«Wenjian es mi héroe», dijo la viuda de Liu, Pei Xia Chen, que destacó al policía como un esposo e hijo devoto.

PROTESTAS SILENCIOSAS CONTRA EL ALCALDE

Si bien hubo algo de rechazo entre los policías congregados afuera de la casa, una gran mayoría de ellos no le dio la espalda al alcalde durante su discurso, en contraste con lo que ocurrió la semana pasada, en el funeral de Ramos.

El gesto pone de manifiesto lo mucho que se han deteriorado las relaciones entre De Blasio y la fuerza policial desde los asesinatos. Inmediatamente tras el ataque contra Ramos y Liu, Patrick Lynch, jefe del principal sindicato de policías, dijo que el alcalde contribuyó al clima tenso que llevó a los asesinatos cuando dijo que había «sangre en demasiada manos».

El incidente es el giro más reciente en un debate nacional sobre las relaciones raciales y la aplicación de la ley, avivado durante el verano boreal por las muertes de jóvenes negros que iban desarmados en Ferguson, Misuri, y en la ciudad de Nueva York, a manos de policías blancos.

NUEVA YORK (Reuters)