China está incrementando su papel como acreedor de última instancia para algunos países en apuros financieros, presentando una alternativa al Fondo Monetario Internacional.
Los funcionarios chinos señalaron el pasado fin de semana que buscan expandir el acuerdo que permite financiera ('swap') por 24.000 millones de dólares en monedas nacionales con el Banco Central Ruso para ayudar al país a lidiar con su peor desvalorización del rublo desde 1998, informó la agencia Bloomberg.
Además, China ha proporcionado 2.300 millones de dólares a Argentina desde octubre pasado en el marco de un acuerdo de 'swap' bilateral, y prestó 4.000 millones a Venezuela el mes pasado.
"Prestando a naciones con acceso cerrado a mercados de capital extranjeros, el presidente Xi Jinping está respaldando la influencia de su país sobre la economía global y entrando en el estatus del Fondo Monetario Internacional", escribió la agencia.
A diferencia del FMI, que suele demandar reformas económicas y medidas de austeridad a cambio de los préstamos, analistas señalan que China está más centrada en asegurar sus intereses en países ricos en hidrocarburos.