La caída drástica de los precios del crudo es parte de un plan a largo plazo de la élite transnacional para integrar en el nuevo orden mundial a los países que se resisten a perder su soberanía, Rusia incluida, según el analista Takis Fotopoulos.
La cotización del petróleo Brent la marca de referencia en los mercados europeos ha marcado este lunes un nuevo mínimo histórico: 66,19 dólares por barril. Según el pronóstico del banco estadounidense Morgan Stanley, citado por la cadena CNBC, en 2015 los precios del petróleo seguirán cayendo y en el segundo trimestre podrían llegar hasta los 43 dólares por barril, recuperándose sólo hasta los 48 dólares en el tercer trimestre y llegar apenas a los 80 dólares en 2018.
Los precios del petróleo son un arma altamente eficaz de la guerra económica «Los precios del petróleo son un arma altamente eficaz de la guerra económica (…) Es usada por la élite transnacional (la red de las élites basada mayormente en los países del G-7 que administran el Nuevo Orden Mundial de la globalización neoliberal) para subordinar a Rusia y hacer integrar en ese nuevo orden a cualquier país que aún se resista, como Venezuela o Irán», sostiene el analista Takis Fotopoulos, en un artículo que acaba de publicar en el periódico ruso ‘Pravda’ y en la página web del centro canadiense de investigación de globalización ‘Global Research’.
Esta caída es «inducida» y «forma parte de un plan a largo plazo», que además incluye sanciones económicas y el bloqueo de nuevos proyectos destinados a facilitar la distribución, agrega Fotopoulos. Para EE.UU., en cambio, los precios bajos de energía podrían ayudar a estimular el crecimiento hasta el 3,5% el año que viene, en vez del 3,1% pronosticado en octubre, estima el analista. Con lo cual, según el experto, no es sorprendente que Arabia Saudita, uno de los líderes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y aliado tradicional de Washington, se haya opuesto en la cumbre de Viena a la reducción de la cuota de producción para regular el mercado.
Ya en la época de preglobalización, Occidente usaba a Arabia Saudita como un instrumento útil para luchar contra la influencia soviética, así como contra el socialismo panárabe. En la época de la globalización, la élite transnacional la utiliza para combatir a cualquier nación que se resista a la abolición de su soberanía, comenta Fotopoulos. Asimismo destaca que el objetivo es conseguir una severa recesión económica en todos estos países, Rusia incluida, y provocar «revoluciones de terciopelo» acompañadas, posiblemente, también por cambios de regímenes.