Expertos: «Un colapso económico dará lugar a una revolución en EE.UU.»

«¿Por qué tantas personas inteligentes pronostican un desastre?», se pregunta el economista Michael Snyder en referencia a varias previsiones para los dos próximos años. El paralelismo entre la engañosa prosperidad de 2007 y la de 2014 es llamativo.

Los analistas del Centro de Pronósticos Jerome Levy estiman en el 65% la probabilidad de que una recesión global conlleve una contracción en Estados Unidos hacia finales del año que viene. La prestigiosa consultoría está encabezada por los descendientes de Jerome Levy, el empresario que logró retirar sus inversiones del mercado en 1929, antes de la Gran Depresión, a partir de su propio análisis de la coyuntura financiera.

¿Pueden equivocarse los Levy?, se pregunta Snyder en un ensayo comparativo publicado por el sitio web investing.com. «Es posible, desde luego. Pero yo no apostaría contra lo que dicen».

John Hussman es otro inversor y analista que advierte sobre un próximo desastre financiero. En su opinión, se ha formado una burbuja en el mercado bursátil y las acciones cuestan el doble de lo que deberían. Esta burbuja debe explotar precisamente el año que viene, sustrayendo la mitad del precio de todos los valores cotizados, advierte el analista del mercado.

El experto en ciclos económicos Martin Armstrong no solo prevé grandes problemas en 2015, sino que vaticina disturbios civiles en EE.UU. para el año siguiente. «Parece cada vez más probable que en 2016 se desencadene una severa revuelta política mientras la economía se viene abajo», señaló el experto en su blog. «Es la fórmula mágica: si pones patas arriba la economía obtendrás revolución y disturbios».

Armstrong es un analista que predijo correctamente el ‘lunes negro’ del año 1987 y la insolvencia rusa del año 1998. Ahora asegura que el próximo colapso financiero de EE.UU. tendrá drásticas consecuencias sociales, puesto que muchos estadounidenses ya desaprueban la política de su Gobierno.

Según revela en un reciente artículo Brandon Smith, somos testigos del «último jadeo de la economía global». Hay múltiples señales de que el planeta ya está hundiéndose en otra gran desaceleración económica.