Tras distanciarse de EE.UU. por el conflicto en Siria, Arabia Saudita redobla sus esfuerzos para entrenar a los rebeldes sirios implicando a Pakistán en el proceso.
Arabia Saudita percibe su plan de entrenamiento de rebeldes sirios como «un antídoto contra el extremismo y no su causa potencial», lo que -escribe la revista ‘Foreign Policy’- recuerda a la experiencia y las consecuencias de la colaboración con Pakistán en los años 80, cuando preparaban a rebeldes que, a fin de cuentas, no lograron establecer el orden en el país y lo sumieron en el caos. Fuentes anónimas del diario señalan que Arabia Saudita tiene dos objetivos: acabar con el Gobierno de Bashar Al Assad y debilitar a los grupos vinculados con Al Qaeda en el país
La publicación subraya que Arabia Saudita decidió dar este paso tras darse cuenta de que, sencillamente, el presidente estadounidense Barack Obama no estaba preparado para derrocar de forma agresiva a Assad.
El papel de Pakistán es relativamente menor, aunque otra fuente dijo que actualmente Riad baraja la posibilidad de convertir al país en responsable de la formación de dos brigadas rebeldes, o de entre 5.000 y 10.000 combatientes. Yezid Sayigh, miembro del Centro para Oriente Medio de Carnegie, ha sido el primero en hablar sobre uso de los instructores paquistaníes, afirmando que los saudíes planean formar un ejército de rebeldes sirios de alrededor de 40.000 a 50.000 soldados.
Según Sayigh , Arabia Saudita trata de formar «un nuevo ejército nacional» para los rebeldes, una fuerza de «ideología suní» que pueda influir en los principales grupos de la oposición siria. Además de su programa de entrenamiento en Jordania, Arabia Saudita también ayudó a organizar la unificación de aproximadamente 50 brigadas rebeldes en el Ejército del Islam, bajo la dirección de Zahran Alloush, un comandante salafista.