El mandatario estadounidense Barack Obama lanza un programa de renovación a gran escala de las fuerzas nucleares de EE.UU. cinco años después de que le dieran el Premio Nobel de la Paz por su promesa de un mundo sin armas nucleares.
En 2009 el presidente de EE.UU. declaró su intento de «librar al mundo de las armas nucleares». La comunidad internacional aplaudió aquellas afirmaciones y el Comité Nobel decidió otorgar el Premio Nobel de la Paz a Barack Obama, destacando su visión y sus pasos hacia este objetivo. Cinco años después, su promesa parece que ha caído en el olvido, opina el periódico suizo ‘Tages Anzeiger’.
Los datos sobre la renovación del arsenal nuclear presentados por el periódico estadounidense ‘The New York Times’ afirman que a lo largo de los próximos 30 años EE.UU. intenta invertir, según las estimaciones preliminares, entre 900.000 millones y 1,1 billones de dólares en la modernización de sus capacidades nucleares. El programa comprende, entre otras medidas, la compra de 12 nuevos submarinos, 100 bombarderos y 400 misiles lanzados desde tierra, indica ‘Tages Anzeiger’.
El volumen de los gastos será objeto de debates en el Congreso estadounidense el año que viene, pero la justificación ya es conocida: según los oficiales estadounidenses, «la invasión de Putin en Ucrania ha hecho un desarme unilateral políticamente imposible».
Cabe recordar que ningún organismo internacional, incluyendo a la ONU y EE.UU., presentó pruebas viables de la presencia militar de Rusia en Ucrania a pesar de la campaña de acusaciones que se desató en los medios occidentales. Al mismo tiempo, la hostil retórica utilizada en el marco de la crisis en Ucrania también anima a otras potencias mundiales a fortalecer su defensa, incluyendo sistemas de disuasión nuclear.
En 2009 Obama acordó con Moscú disminuir los arsenales nucleares de EE.UU. y Rusia en 750 unidades cada uno. En 2013 propuso retirar otras 1.000 unidades. Ahora, en vez de disminuir los arsenales nucleares, lanza un complejo programa para su renovación. «La visión de un mundo sin armas nucleares, evidentemente, ya no se tiene en cuenta», concluye ‘Tages Anzeiger’.