Un historiador sostiene que el jefe de la Gestapo, Heinrich Müller, fue asesinado al final de la Segunda Guerra Mundial y que su cuerpo podría estar enterrado en el cementerio judío ubicado en el centro de Berlín.
De acuerdo con un artículo publicado en el periódico alemán ‘Bild’ que cita al profesor y director del Memorial de la Resistencia Alemana, Johannes Tuchel, que durante mucho tiempo se ha dedicado a la investigación de este tema, el cadáver de Heinrich Müller fue descubierto en agosto del 1945 en una fosa temporal cerca del Ministerio de Aviación del Reich. Según el investigador, Müller fue identificado por su uniforme de general y por un carné con una foto que encontraron en el bolsillo izquierdo de la pechera de su chaqueta.
Luego ese mismo año sus restos fueron enterrados en un cementerio judío en el barrio de Mitte de Berlín. Según Tuchel, está información ha sido confirmada por los datos recogidos de varios archivos a los que logró tener acceso.
No obstante, existen numerosas conjeturas sobre el tiempo y las circunstancias de la muerte del jefe de la Policía Secreta del Estado del Tercer Reich, pero ninguna de las versiones se considera generalmente aceptada. Algunos historiadores han llegado a la conclusión de que murió en los últimos días de la guerra. Había incluso una tumba provisional de Müller en un cementerio de Lilientalshtrasse en Berlín. Sin embargo, en 1963, por orden de las autoridades, la tumba fue abierta, y no se hallaron los restos de criminal de guerra nazi.
Otros investigadores han sugerido que el ‘gruppenführer SS’ logró huir a América Latina al final de la guerra. Otra versión asegura que fue reclutado por el NKVD (nombre entre 1936 y 1946 de la institución que después pasaría a ser el Ministerio del Interior soviético) y de este modo el que fuera jefe de la policía secreta de Hitler se trasladó a Moscú, donde murió en 1948. Otras hipótesis afirman ue Müller se convirtió en la mano derecha de Wilhelm Zaisser, jefe de otra policía secreta, la Stasi de la Alemania del Este.
Sin embargo, Tuchel afirma, que para él la nueva versión del destino del jefe de la Gestapo resuelve todos los misterios en torno a Müller. El presidente del Consejo Central de Judíos, Dietter Graumann, por su parte, ha declarado que el entierro del «sádico nazi» en un cementerio hebreo junto a sus víctimas sería «de muy mal gusto» y «un insulto a la memoria de las víctimas».