Un informe de la ONG Amnistía Internacional demuestra los crímenes cometidos en Ucrania por la cúpula y los miembros del batallón Aidar, una unidad de voluntarios que participa en la operación contra los independentistas del este del país, declaró este miércoles el Ministerio de Exteriores de Rusia.
«El informe corrobora los crímenes a gran escala, incluidos los de guerra, que cometen, de forma rutinaria y con el beneplácito de las fuerzas del orden de Ucrania, los dirigentes y miembros del batallón Aidar», dice el comunicado de la cancillería.
El documento de AI señala solo algunos de esos crímenes, agrega la nota, como «secuestros, detenciones ilegales, agresiones, extorsiones, en particular para exigir un rescate por los secuestrados, o saqueos a la población civil».
«El informe destaca con razón que, pese a la imagen patriótica del Aidar divulgada por la propaganda de Kiev y Occidente, los crímenes, las atrocidades y el claro bandidaje le han valido a este grupo una mala fama entre la población de regiones ucranianas», indica el comunicado.
El Aidar, creado en mayo pasado, es uno de los numerosos batallones onomásticos que operan en el este del país, particularmente en la región de Lugansk. Lo componen voluntarios de todo el país, así como miembros del grupo radical Pravy Sektor, vinculado al partido ultranacionalista Svoboda.
El Comité de Investigación de Rusia dictó el pasado 21 de junio una orden de busca y captura internacional contra el creador del Aidar, el oligarca Ígor Kolomoiski, en el marco de una investigación sobre «el uso de métodos de guerra prohibidos.
Moscú instó a Kiev en más de una ocasión a desarmar las agrupaciones como el ultranacionalista Pravy Sektor, cuyo líder, Dmitri Yarosh, es buscado por la Interpol.
A mediados de abril Kiev lanzó una operación especial contra las milicias en el este de Ucrania que se rebelaron contra las autoridades centrales tras el cambio de gobierno en febrero pasado y anunciaron más tarde su secesión.
El conflicto ha causado en cuatro meses más de 3.000 muertos y unos 6.000 heridos, según el último balance de la ONU