Las autoridades de la prisión de Ohio han decidido usar una combinación de fármacos no testados previamente para su próxima ejecución del mes que viene, lo que puede implicar un «alto riesgo de dolor insoportable» para el reo condenado a muerte.
El Departamento de Rehabilitación y Corrección del estado de Ohio anunció recientemente que no tenía suficiente entobarbital para llevar a cabo la ejecución prevista para noviembre. Aun así, han decidido seguir adelante, de acuerdo con el diario local ‘Northeast Ohio’.
La ejecución «continuará con la administración intravenosa de midazolam e hidromorfona» informó la portavoz del Departamento, JoEllen Smith, a las autoridades del estado, mediante un correo electrónico. Según los expertos, esta es la primera vez que se utilizará la combinación de un sedante y un analgésico en una ejecución.
«Ningún otro estado ha utilizado estas dos drogas en una ejecución», confirmó Richard Dieter, director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, que se opone a la pena capital.
Ohio se ha convertido en uno de los estados de EE.UU. más afectados por la falta de voluntad de las grandes empresas farmacéuticas de suministrar los productos que usan los centros penitenciarios en la preparación de las inyecciones letales.
La mayoría de los fabricantes de sustancias letales, que se encuentran en la Unión Europea, se opone a la pena de muerte y desalientan a los productores para que no suministren a las cárceles fármacos para las ejecuciones Así, la compañía danesa Lundbeck LLC dejó de suministrar pentobarbital a las prisiones de EE.UU.
Buscando la manera de hacer frente a la escasez de drogas ‘asesinas’, Ohio emitió nuevas directrices de ejecución a principios de este mes. De esta forma Ohio podrá buscar un sustituto del pentobarbital en farmacias de compuestos que tengan autorización para manipular los fármacos con objeto de administrarlos a pacientes de forma individual. Estos compuestos no están, sin embargo, regulados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y han enfrentado múltiples problemas por la falta de confianza que suscitan.
De este modo, los condenados a muerte en Texas presentaron una demanda a principios de octubre en la que se oponen a la compra de estos preparados farmacéuticos y que se administren para realizar ejecuciones. La demanda afirma que la droga supone «un alto riesgo de un dolor insoportable».