Los mayores bancos de EE.UU. están elaborando planes preliminares para trasladar a Irlanda algunas actividades con sede en Londres para hacer frente a la preocupación que suscita la posible salida del Reino Unido de la UE.
Irlanda es estudiada como una alternativa para alojar algunos de los negocios que Citigroup, Morgan Stanley y Bank of America tienen en Europa, señala el periódico ‘Financial Times’ con referencia a sus fuentes anónimas en dichas entidades. Los planes de traslado de los centros operacionales, conforme a esos datos, ya se están elaborando, aunque «todavía están en etapas muy tempranas».
Ninguno de los ejecutivos de los tres bancos ha corroborado la versión ofrecida por el diario de los sucesos posteriores a la hipotética separación de Londres respecto de los instrumentos financieros del resto de Europa. Pero el gerente de la oficina londinense de uno de los gigantes de Wall Street confirmó que sondea la posibilidad del traslado.
«Francamente pienso en trasladar algunas actividades a Irlanda», dijo el banquero. «Creo que el Banco Central y el Gobierno de Irlanda aplaudirían esta iniciativa». El gerente agregó que esos planes están más relacionados con la «optimización de la persona jurídica» que con el próximo referéndum británico sobre la salida de la UE.
El primer ministro británico, David Cameron, se comprometió a convocar un referéndum sobre la permanencia británica en la Unión Europea si el partido conservador es reelegido para gobernar el país en 2015. Esa posibilidad genera temores a que la sexta economía del mundo pueda abandonar el grupo, al que se unió en 1973.
Actualmente el Reino Unido acoge a más de 250 bancos extranjeros. El año pasado el sector generó un superávit comercial en los servicios financieros por 71.000 millones de dólares. Aproximadamente la tercera parte de esta suma se debe al comercio con los países de la UE, según el cómputo del grupo de influencia financiero TheCityUK.
La tendencia de los recientes años ha sido la contraria entre los bancos estadounidenses, algunos de los cuales han desplazado fuera de Irlanda sus actividades.
Asimismo, Bank of America redirigió la mayor parte de sus 600.000 millones de dólares de los ingresos fijos y derivados de Irlanda al Reino Unido. Lo hizo en parte por motivos fiscales, pero también a petición de los reguladores.
A su vez, Goldman Sachs dejó de usar su licencia bancaria irlandesa el año pasado, cuando vendió el fondo de cobertura que administraba en el país insular. Durante un tiempo la dirección del banco estudió otros lugares para colocar su negocio en otras ciudades de Europa, incluida Dublín, pero finalmente decidieron en contra de cualquier movimiento.