Durante su visita oficial a Moscú el presidente ecuatoriano Rafael Correa concedió una entrevista exclusiva a RT en la que abordó, entre otros temas, el espionaje de EE.UU., la integración de Latinoamérica y la cooperación con Rusia.
EE.UU. se «cree el árbitro del bien y del mal y eso ha pasado recurrentemente en los Gobiernos de ese país y expresado en su política internacional. Nosotros somos partícipes de un mundo multipolar, democrático, donde se actúe en base a reglas de juego y no un gobierno de un país que se crea superior al resto del mundo, y al mismo tiempo caiga en tremendas contradicciones como el espionaje masivo que se ha evidenciado últimamente», dijo Correa.
Sin embargo, según el mandatario, el orden mundial no cambiará en un futuro cercano. «Somos idealistas con los pies bien puestos sobre la tierra. El orden mundial no solo es injusto, es inmoral. Ese orden lo cambiarán los ciudadanos del primer mundo, una vez que ellos se den cuenta que también son víctimas del imperio del capital», señaló.
«Desde Ecuador no aspiramos cambiar el orden mundial, sino proteger a nuestros pueblos de esa [injusticia], y para eso se requiere la integración latinoamericana, para unidos ser más fuertes y tener más presencia internacional», dijo el jefe de Estado sudamericano.
El pleito que mantiene la petrolera estadounidense Chevron con Ecuador «es un claro ejemplo del imperio del capital, cómo el capital internacional no puede ser juzgado, no debe asumir su responsabilidad».
Chevron «perdió un juicio privado en Cortes ecuatorianas y ahora llevan a Ecuador a esos tribunales de La Haya diciendo que el Estado ecuatoriano es el que tiene que pagar la sentencia. En 1998 gobiernos abiertamente entreguistas, corruptos, firmaron un acuerdo con la petrolera en la que se indicaba que todo estaba arreglado. La Contraloría del Estado en el 2000, mucho antes de mi Gobierno, dice que todo es mentira, pero ya el daño estaba hecho. Para este caso Chevron y los tribunales de La Haya están aplicando tratados (firmados con EE.UU. en 1997) retroactivamente, tratados que son para problemas entre Estado y empresa. El juicio de la petrolera con los damnificados de la Amazonía es un proceso entre privados, ni siquiera es materia del tratado. Pese a eso el tribunal se declara competente», agregó Correa.
«En una de sus primeras medidas el tribunal ordena al Gobierno (ecuatoriano) que suspenda la sentencia, sin siquiera importarles que en Ecuador hay un Estado de derecho, independencia de funciones. De esta forma siguen las jugarretas para tratar de dejar en la impunidad a estas transnacionales, que con su dinero, su ‘lobby’, sus tribunales, cabildeos ante el Congreso estadounidense se creen por encima de la ley y creen que pueden aplastar a países pequeños como Ecuador. Este es un ejemplo del imperio del capital», aclaró.