Secuestro y torturas: la historia del joven que escapó del Estado Islámico

Los yihadistas del Estado Islámico secuestran a adolescentes, los doblegan, les hacen traicionar a sus familiares y esperan reclutarlos. El clásico lavado de cerebro.

Lawand, un kurdo de 14 años, es uno de los 150 estudiantes secuestrados en el norte de Siria a finales de mayo por integrantes del Estado Islámico, un movimiento vinculado a Al Qaeda que busca formar un califato suní en Oriente Próximo.

Los estudiantes estaban de camino a su ciudad natal, Kobani, desde Alepo, donde habían estado haciendo los exámenes de fin de curso, cuando fueron secuestrados.

Lawand es uno de los nueve jóvenes que lograron escapar, mientras los otros siguen retenidos, escribe el portal The Daily Beast.
Durante los interrogatorios les dieron palizas, los colgaron por las manos, mientras los otros escuchaban sus gritos

El adolescente contó que la primera semana los trataron bien: les daban buena comida y zumo y les dejaban jugar después de las clases sobre islam.

Con el cambio de carceleros la segunda semana, las condiciones empeoraron.

Los nuevos guardianes les mostraban listados de milicianos kurdos y los presionaban para que delataran a sus familiares.
Los que se negaron, se vieron en una celda, Lawand entre ellos.

Todos fueron interrogados por separado. Durante los interrogatorios les dieron palizas, los colgaron por las manos, mientras los otros escuchaban sus gritos.

Durante el mes sagrado del ramadán liberaron a Lawand para que se uniera al resto de chicos secuestrados en una escuela local.

Los jóvenes debían mantener el ayuno en medio del calor estival. Si veían que alguien bebía agua, lo ataban con los brazos en cruz en la portería del campo de fútbol. Lo bañaban con agua hirviendo y golpeaban con palos.

Las clases de religión islámica llegaron a incluir enseñanzas sobre la yihad. Los carceleros les mostraban grabaciones de decapitaciones y ataques suicidas.

A finales de julio, un grupo de jóvenes, Lawand entre ellos, logró escapar.