Un tiempo más húmedo y frío ha ayudado a los bomberos que bregan por controlar el incendio forestal más grande de la historia del estado de Washington. Entretanto, el presidente Barack Obama declaró el miércoles el estado de emergencia en Washington, con lo cual autorizó a la Agencia Federal de Manejo de Emergencias y el Departamento de Seguridad Nacional a coordinar acciones de rescate.
Ante pronósticos de nuevas lluvias, las brigadas de bomberos temen que se produzcan inundaciones repentinas ahora que el fuego ha eliminado tanta vegetación rastrera. Los incendios, que han destruido más de 1.000 kilómetros cuadrados (400 millas cuadradas) en la región centro-norte del estado, estaba contenido en un 16% el martes, dijo la portavoz Jessica Payne.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta por inundaciones repentinas para todo el miércoles al pronosticar lluvias intensas.
«Bastan 10 minutos de lluvia intensa para causar una inundación y los escombros entran en zonas afectadas por los incendios», dice el aviso. «La lluvia corre casi instantáneamente en terrenos incendiados… con lo cual riachos y drenajes desbordan mucho más rápidamente que lo habitual».
Con todo, el cambio de clima fue un factor positivo. «La baja de la temperatura y el aumento de la humedad han detenido parte de las llamas», dijo la portavoz de bomberos Susan Peterson el martes por la noche. «En algunos casos, los bomberos pudieron montar un ataque directo».
OLYMPIA, Washington, EE.UU. (AP)