¿Podrían las políticas de dinero barato de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed) alimentar otra crisis financiera como la que marcó con su abrupto y doloroso final el comienzo de la última recesión? Cada vez más analistas financieros creen que sí.
La Fed lleva ya casi 6 años manteniendo las tasas de interés cercanas a cero, y los críticos señalan que el banco central no ha logrado en gran medida impulsar un crecimiento fuerte, mientras que los mercados de acciones y bonos de Estados Unidos muestran cada vez más una especie de «exuberancia irracional» que en las últimas décadas marcó el inicio de las burbujas del mercado, según ‘The Washington Times’.
«Los bancos centrales han conseguido lo que querían, pues los inversores están actuando como si ya no existiera ningún riesgo» gracias al «tsunami de dinero creado por el banco central que se estrella sobre la costa de varios mercados de activos», opina el bloguero financiero Pater Tenebrarum.
A su juicio, EE.UU. se encuentra ahora en una etapa que «muestra inquietantes similitudes con las tendencias del mercado que llevaron a la crisis financiera mundial de 2008, una crisis alimentada en parte por las bajas tasas de interés».
Luke Bartholomew, administrador de inversiones de Aberdeen Asset Management, cree que la supuesta preocupación de la Fed por la baja volatilidad es «algo irónico», dado que «sus políticas son responsables de esto». La Fed ha asegurado en repetidas ocasiones a los inversores que no tiene ninguna prisa por subir las tasas.
David Kelly, jefe de estrategia global de JPMorgan Funds, sostiene que «aunque la Reserva Federal se despertara mañana y se diera cuenta de que puede estar impulsando una nueva burbuja en los mercados globales, ya podría ser demasiado tarde para prevenir o evitar un ajuste significativo en los mercados».
«Dado que las tasas de interés a corto plazo tendrían que subir en unos 3,5 o 4 puntos porcentuales para volver a la neutralidad monetaria, resulta difícil imaginar cómo la Fed va a lograr volver a la normalidad con la suficiente rapidez para evitar las burbujas de activos», sostiene.