Los cinco grandes bancos que llevan casi un siglo estableciendo a diario el precio del oro en el comercio internacional han admitido que el sistema necesita una reforma y se han mostrado dispuestos a dialogar con otros actores.
Desde 1919 las herramientas más tradicionales del mercado bursátil no rigen en la compraventa de oro. Al término de la Primera Guerra Mundial se creó un procedimiento peculiar para fijar el precio de referencia dos veces al día mediante consultas telefónicas entre los líderes del sector bancario europeo, anticipadas por un sondeo algo menos formal por cada uno de ellos entre sus principales clientes.
Aunque el procedimiento se ha quedado anticuado, sigue funcionando con algunas modificaciones mínimas como, por ejemplo, el paso de llamadas simples a teleconferencias.
Por primera vez en esta historia secular de imposición de precios tanto a compradores como a productores, el Consejo Mundial del Oro (CMO, con sede en Londres) celebró el martes una reunión con una selección de bancos mucho más amplia. Contó también con la asistencia de algunos productores.
Aunque ninguno de los 34 invitados había sido elegido de una manera representativa, potencialmente el propio planteamiento de un cambio podría revolucionar el sistema. No obstante, en esta primera reunión, según el comunicado oficial del CMO, solo se abordó una estrategia de reformas cómoda para los actores de siempre.
Indicios de un cambio
Igual que todos los procedimientos cerrados y secretos, la manera de establecer e imponer al resto del mercado un precio fijo ocultaba prácticas fraudulentas en correspondencia con la importancia de la mercancía que se negociaba. Pero hasta estos últimos años no se habían logrado descubrir ilegalidades de ese club oligárquico.
En mayo de este año la Autoridad de Conducta Financiera del Reino Unido impuso a Barclays Investment Bank, uno de los cinco, una multa por 26 millones de libras esterlinas (44 millones de dólares) por un sistemático conflicto de intereses. En concreto, se detectó que durante diez años, entre 2004 y 2013, el banco permitía que sus altos responsables coludieran con los clientes para enriquecerse personalmente con las manipulaciones de las variaciones del precio de referencia. De esta manera algunos hcieron fortunas millonarias.
En parte la convocatoria de la reunión se debió a la decisión de la administración de Deutsche Bank de abandonar el mercado de los metales preciosos para centrarse en las operaciones puramente financieras. El resto del grupo de los cinco HSBC, Scotia Mocatta, Société Générale y el ya mencionado Barclays admitieron que la decisión del mayor banco alemán significaba que alguna transformación sería imprescindible.
Hacia los precios del mercado
«Por primera vez los usuarios tienen la oportunidad de expresar su opinión», dijo al periódico ‘The Daily Telegraph’ la directora administrativa del CMO para bancos centrales y política pública, Natalie Dempster, en la víspera de la reunión. «La modernización es imperativa para lograr mantener la confianza en la industria. Esto podría darse a modo de unas reformas al precio fijo para que coincida con los principios de la Organización Internacional de Comisiones de Valores, o se podría considerar que emerja un precio de referencia alternativo».
Las opiniones de los representantes del sector en un país productor de oro, como es Rusia, son mucho más radicales.
«Hay que recurrir a los precios del mercado», dijo al diario digital gazeta.ru el analista de la empresa MFX Bróker Serguéi Nekrásov. «Para eso pueden servir las cotizaciones del mercado corrientes (‘spot’) o las cotizaciones de futuros de oro actualizadas».
«El sistema necesita unos cambios. Y ante todo debe llegar a ser transparente», agregó el experto de Wild Bear Capital Víktor Neustróyev.