China invitó a sus socios a doblar el capital estatutario asignado para la creación de una institución financiera global que rivalice con el Banco Mundial (BM) y el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD). La nueva suma es de 100.000 millones de dólares.
Pekín está expandiendo sus planes de establecer una alternativa al BM y el BAsD porque considera que estas entidades están demasiado influidas por EE.UU. y sus aliados, acentúa el diario ‘The Financial Times’. De momento en el proyecto participan 22 países, entre ellos varios estados de Oriente Próximo. Según los datos del diario, 10 países ya han firmado memorandos de entendimiento.
«China siente que no puede conseguir nada en el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional, por eso quiere establecer un Banco Mundial propio que pueda controlarse por sí mismo. Muchos países en Asia muestran su interés en el proyecto, pero China continuará con él aunque nadie más se una», aseguró a ‘The Financial Times’ uno de los participantes en las negociaciones sobre la creación de la entidad bajo condición de anonimato.
Se adelanta que la nueva institución financiera, el Banco de Inversiones en Infraestructuras Asiáticas (o AIIB, por sus siglas en inglés, de ‘Asian Infrastructure Investment Bank’), se centrará en primer lugar en las obras de construcción de la nueva versión de la Ruta de la Seda, una red que debe conectar China con Europa. Está programando que el AIIB lanzará sus primeras operaciones ya a finales de este año.
En caso de aprobarse el capital estatutario de 100.000 millones de dólares, el banco será un rival inmediato del BAsD. Su tamaño corresponderá aproximadamente a dos tercios del tamaño de este: el capital estatutario del BAsD, cuyos mayores accionistas son Japón y EE.UU. (con el 15,7% y el 15,6% respectivamente), es de 165.000 millones de dólares.