Japón puede detener la expansión del gas natural licuado de EE.UU. en Asia-Pacífico

La expansión del gas de EE.UU. en la región Asia-Pacífico está amenazada por la intención de su mayor importador, Japón, de poner en marcha sus reactores nucleares, lo que haría caer los precios del producto estadounidense y volverlo no rentable.

EE.UU. necesita mantener altos los precios por su gas natural licuado, ya que de este modo puede ganar miles de millones de dólares. El gas natural licuado que compra Asia es más caro, porque además de una serie de costos logísticos la demanda de Japón y Corea del Sur elevó las cotizaciones cuatro veces más que en EE.UU.

Sin embargo, la situación puede cambiar muy pronto: Japón, uno de los mayores importadores de gas natural licuado, ha decidido poner en marcha dos reactores nucleares, informa el portal vestifinance.ru. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, afirmó que el país debe poner en marcha las centrales nucleares si quiere obtener un desarrollo económico real. En total, en un futuro próximo pueden comenzar a funcionar hasta 12 de los 50 reactores que fueron detenidos después del accidente en la central nuclear Fukushima-1. El anterior Gobierno de Japón tras el incidente en 2011, decidió abandonar por completo la energía nuclear que suministraba alrededor del 30% de energía del país.

Después de la catástrofe de Fukushima el precio del gas natural licuado aumentó no solo en Japón, sino también en toda la región de Asia-Pacífico e incluso en Europa (después del accidente, Alemania, Suiza, Italia y Bélgica tenían la intención de tratar de abandonar por completo la energía nuclear, lo que elevó los precios del gas).

Ahora, si Japón pone en marcha sus plantas de energía nuclear, los precios del gas caerán a largo plazo. Incluso las tensiones geopolíticas, que actualmente juegan en general a favor del costo de la energía, no serán capaces de neutralizar el efecto del cambio de la orientación de Japón en el campo energético.

Mientras que los yacimientos del gas de esquisto en EE.UU. no se agoten, el país estará literalmente inundado de gas barato. No obstante, esta ventaja para la seguridad energética se convertirá en un gran inconveniente para la economía en su conjunto, si EE.UU. no es capaz de establecer el suministro del gas natural licuado en el extranjero, y las cotizaciones en Asia se reducen. Es obvio que la venta de materias primas en términos de margen mínimo para EE.UU. no tiene sentido.