Reino Unido reconoce que espía a ciudadanos a través de Facebook, Twitter y Google

El Gobierno británico no oculta que intercepta las comunicaciones a través de Facebook, Twitter y Google y que lo considera legal, porque se trata de «comunicaciones externas».

Así se desprende de un comunicado del director general de la Oficina para la Seguridad y Contraterrorismo de Reino Unido, Charles Farr, obtenido y divulgado por la organización defensora de la privacidad Privacy International en el marco de un proceso contra los servicios secretos abierto en el Tribunal de Poderes de Investigación británico (IPT).

Según señala Farr en el documento, las comunicaciones a través de medios sociales y sistemas de búsqueda extranjeros son interpretadas como «externas», por lo que no es necesaria una orden judicial para vigilarlas.

«Una búsqueda en Google hecha por un individuo en Reino Unido implica una comunicación desde el ordenador de quien realiza esa búsqueda con el servidor de Google, que será recibida fuera de las islas británicas», argumenta Farr. «La otra comunicación, desde Google a ese ordenador, es enviada desde fuera de las islas británicas».

La definición es crucial, porque las comunicaciones internas, según la ley, solo pueden interceptarse en virtud de una orden específica cuando hay sospecha de actividades ilegales.

El vicedirector de Privacy International, Eric King, considera que la doctrina de los servicios secretos revelada en el comunicado de Farr «va contra los derechos humanos fundamentales e inalienables».

Facebook y Twitter no han reaccionado a la revelación, difundida por los medios. Por su parte, Google se expresó en los siguientes términos: «Proporcionamos los datos de nuestros usuarios a los gobiernos solamente en conformidad con la ley. Nuestro equipo legal revisa cada solicitud y con frecuencia rechaza solicitudes que son demasiado amplias o no siguen el debido proceso».

Las reclamaciones sobre el espionaje en Internet del Gobierno británico se iniciaron el año pasado a raíz de las revelaciones de Edward Snowden. Saliendo al paso de la polémica generada por esas revelaciones, el centro de escuchas del Reino Unido, GCHQ, aseguró que sus actividades «se desarrollan de acuerdo a un estricto marco legal y normativo que asegura que todas las acciones estén autorizadas, sean necesarias y proporcionadas».