Antigua y Barbuda elige este jueves al nuevo gobierno tras una semana de discordias en cuanto a la fecha de los comicios que debieron realizarse según la constitución desde marzo pasado.
Constitucionalmente, las elecciones tendrían que haberse celebrado en marzo pasado, pero el Ejecutivo retrasó la fecha con el argumento de que un recurso de la oposición relacionado con el proceso de registro de electores impedía fijar los comicios
En la contienda participan el gobernante Partido Progresista Unido (UPP, en inglés), y el opositor Partido Laborista de Antigua (ALP) quienes mantienen una fuerte campaña.
Los colegios repartidos por las 17 circunscripciones electorales abrirán sus puertas a las 6.00 hora local (10.00 GMT) y cerrarán a las 18.00 (20.00 GMT) para recibir a los 47 mil 721 votantes registrados, aunque previsiblemente los resultados electorales tardarán horas e incluso algún día en conocerse.
Este archipiélago caribeño posee un sistema de democracia parlamentaria, en el que la reina Isabel de Inglaterra es considerada la jefa de Estado y tienen derecho al voto todos los ciudadanos mayores de 18 años.
El UPP, liderado por el primer ministro Baldwin Spencer, y que busca su tercer mandato en esta contienda, se enfrenta al ALP, con Gaston Browne a la cabeza.
Ambas agrupaciones enfatizaron durante sus campañas la intención de disminuir los impuestos y la creación de empleos, como las principales propuestas de gobernación.
El jefe de gobierno también enfatizo que el país está en condiciones de ofrecer elecciones libres y justas y resaltó la transparencia electoral existente en la región.
Los resultados de las más recientes encuestas muestran que el oficialismo podría salir vencedor en estas elecciones pero que la oposición cuenta con grandes posibilidades de triunfar.
Como observadores internacionales de estos comicios participa la Comunidad del Caribe (Caricom) y la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otros.
Las pasadas elecciones generales realizadas en este conglomerado de islas dieron al UPP como vencedor con nueve de los 17 escaños en el Parlamento local, dejando los ocho restantes para el ALP, que esta vez podría hacerse con al menos 11 de los 17 asientos en juego, según los pronosticos.
El ALP sufrió en 2004 su primera derrota electoral después de casi tres décadas en el poder.