La Iglesia Católica y la Confraternidad Evangélica de Honduras formalizaron ante el Tribunal Supremo Electoral su retiro de la observación y custodia electoral para las elecciones generales, en vista que no comparten la forma mediante la cual la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah) ha realizado la selección de los custodios electorales.
El custodio electoral es una figura creada en estas elecciones para velar por la transparencia del proceso. Está encargado de entregar las maletas con el material electoral a las mesas en donde se ejercerá el sufragio y al final de las votaciones recogerá las actas de cierre para escanearlas al centro de cómputo con el fin de agilizar los resultados.
El malestar de las iglesias obedeció a la forma en que la Unah ha monopolizado el reclutamiento de los más de 7,500 custodios electorales, dando prioridad a su gente y dejando por fuera al de otros sectores de la sociedad.