«Estamos indignados con el ataque aéreo contra la sede de la administración en Lugansk. Demandamos que los culpables sean castigados», dijo Lukashévich en rueda de prensa, precisando que Moscú planteará la cuestión ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
Según las cifras de las autoridades de la autoproclamada República Popular de Lugansk, el ataque del pasado 2 de junio dejó 13 muertos, entre personal de la administración, incluida la ministra de Salud Natalia Arjípova, y 5 miembros de las autodefensas locales. Otras 15 personas sufrieron heridas de diferente entidad.
Kiev ha admitido haber bombardeado la ciudad ucraniana oriental de Lugansk con docenas de misiles desde el aire, y ha dicho que sus helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea «lanzaron más de 150 misiles» en la acción militar del lunes.
Moscú, por su parte, califica lo sucedido en Lugansk de delito cometido por las nuevas autoridades ucranianas. El Comité de Investigación de Rusia anunció que va a solicitar imágenes de satélite a diferentes países para utilizarlas como prueba de que se cometen crímenes masivos contra civiles en el sudeste de Ucrania.