Los incendios forestales podrían convertir el bosque lluvioso de la selva amazónica en un desierto, más que todo, debido a que la actividad humana y el cambio climático están amenazando a los ‘pulmones del planeta’, advierte un estudio científico.
Según las investigaciones realizadas por miembros del Woods Hole Reserch Center de Massachusetts (EE.UU.), las sequías prolongadas causan incendios forestales más intensos y generalizados, que consumen más bosques en la Amazonía de lo que se creía.
Aunque los incendios siempre han ocurrido en la Amazonía, en gran parte han sido controlados por la humedad natural de la región. Sin embargo, la desecación del bosque lluvioso amenaza con quemar la selva y convertirla en un desierto estéril, exhorta el estudio publicado en la revista científica ‘PNAS’.
En la investigación, el equipo quemó durante un periodo de 8 años repetidamente parcelas de bosque de 50 hectáreas en el sudeste de la Amazonía para observar cómo la frecuencia del fuego y las condiciones del clima afectan a la muerte de los árboles. La sorpresa, según los autores, fue «la importancia de la sequía».
El bosque no se quemó tanto en el periodo de años analizados, pero se quemó mucho en los años de sequía. «Se espera que el cambio climático haga que las épocas de lluvias más intensas sean más cortas y las estaciones secas más largas, con sequías más frecuentes, como las observadas en este estudio», detallaron.
Grandes porciones de bosques amazónicos ya están experimentando sequías y son cada vez más susceptibles al fuego. «El desarrollo agrícola ha creado fragmentos de bosque más pequeños, lo que expone los límites del bosque a condiciones calurosas más secas en el paisaje circundante y los hace vulnerables a los incendios incontrolados», afirmaron los investigadores, quienes alertan de que estos bosques fragmentados son más propensos a estar invadidos por hierbas inflamables, lo que aumenta aún más la probabilidad e intensidad de los incendios en el futuro.
«Este estudio muestra que los incendios ya están degradando grandes extensiones de bosques en el sur de la Amazonía y destaca la necesidad de incluir las interacciones entre los fenómenos meteorológicos extremos y el fuego al intentar predecir el futuro de los bosques amazónicos en virtud del cambio climático».