A lo largo del año pasado la Policía de Los Ángeles experimentó secretamente con una tecnología puntera de vigilancia, operando un pequeño avión no tripulado dotado de potentes cámaras que transmiten imágenes de vídeo en tiempo real.
El sistema, probado en la ciudad de Compton, permite a la Policía rastrear a los sospechosos a distancia, detener la imagen, hacerla retroceder y adelantar, creando una especie de Google Earth en vivo.
«Literalmente tuvimos todo Compton bajo vigilancia con este aparato, de manera que podíamos acercar la imagen en cualquier lugar de Compton y seguir a coches y personas», contó Ross McNutt, veterano de la Fuerza Aérea y fundador de Persistent Surveillance System, fabricante del equipo de vigilancia.
McNutt, citado por el portal PolicyMic, contó que el propósito del experimento era centrarse en las zonas donde se denunciaban delitos y generar información que pudiera ayudar a los investigadores a resolver los crímenes.
Una de las ventajas del sistema es que es más barato que un helicóptero policial, incluidos los costes de operación por hora, y al mismo tiempo tiene una capacidad de vigilancia 10.000 veces superior a la de los helicópteros policiales.
El sargento Doug Iketani, quien supervisó el proyecto de vigilancia, explicó que el experimento se realizó en secreto para «evitar las quejas de la población, que se habría preocupado por la existencia de un ojo en el cielo, un Gran Hermano».
Experimentos semejantes se realizaron también en Baltimore y Dayton.
Ante las preocupaciones sobre la violación de privacidad, la Policía sostiene que la tecnología no permite ver dentro de las viviendas ni el reconocimiento facial.
Tampoco su resolución es lo suficiente alta para ser base de demandas judiciales.
Sin embargo, sí es capaz de identificar a las personas si se combina con cámaras de vigilancia terrestres.