La Agencia de Cooperación de Seguridad de Defensa (DSCA, por sus siglas en inglés) del Pentágono, que supervisa los suministros militares al extranjero, informó este miércoles que había notificado al Congreso acerca de las posibles ventas "de varias municiones y equipos asociados, partes, entrenamiento y apoyo logístico" a Arabia Saudita, por un valor estimado de 6.800 millones de dólares, y a los Emiratos Árabes Unidos, por un importe estimado en 4.000 millones de dólares.
Los principales contratistas en ambos casos serían las compañías Boeing y Raytheon.
La solicitud de Arabia Saudita incluye misiles, bombas, sistemas de lanzamiento y otros artefactos explosivos para los aviones de combate F-15SA Strike Eagle, mientras que los Emiratos Árabes Unidos pretenden comprar armas similares para sus cazas F-16 Fighting Falcon.
La agencia destacó que ambas ventas contribuirían "a la política exterior y de seguridad nacional de los Estados Unidos ayudando a mejorar la seguridad de un país amigo que ha sido y sigue siendo una fuerza importante para la estabilidad política en el Oriente Medio".
Al mismo tiempo, indicó, "no alteraría el equilibrio militar básico en la región".