«No culpables» fue el fallo para los médicos pediatras Cristian José Berríos y Lesbia Xiomara Guillen, quienes fueron acusados por el Ministerio Público por negligencia en perjuicio de una menor de 13 meses de nacida.
Según la acusación, el pasado 19 de diciembre del 2014 la niña Sherlin Estefanni Ruiz Pastora fue remitida desde el hospital Pedro Altamirano de La Trinidad, hacia el hospital San Juan de Dios de Estelí, luego de sufrir quemaduras en una de sus extremidades inferiores producto de un accidente cuando viajaba en una motocicleta junto a sus padres.
En la acusación que presentó el Ministerio Público señaló que a la menor se le aplicó un medicamento que le provocó un shock anafiláctico (alergia) y que eso le produjo la muerte, además se alegó atención tardía por parte de los médicos señalados en la aplicación de otros medicamentos que la menor requería para poder contrarrestar la alergia que le produjo el antibiótico que le aplicaron en ambos hospitales.
Señalaron que producto de la no aplicación de otros medicamentos y la atención no adecuada, la menor sucumbió a lo que los galenos respondieron que ellos hicieron hasta lo imposible por no dejar morir a la niña, al momento que la judicial les cedió la palabra, antes de emitir su fallo; estos pidieron a la judicial Verónica Fiallos, que les mantuviera su inocencia porque ellos jamás quisieron ni cometieron tales señalamientos.
Por su parte, el joven padre de la niña, Winston Ruiz Obregón, pidió con lágrimas en sus ojos a la juez, justicia para su pequeña hija, «era mi única hija señora juez, era mi alegría y usted no tiene idea la falta que me hace a mí y a mi esposa, quien está destrozada en casa por la pérdida de la niña, mi esposa no puede tener más hijos, perdió tres abortos y fue la única que logramos y me la arrebataron de esa manera, pido justicia porque me quitaron mi alegría, mi todo y ya nadie me la podrá regresar.»
Una vez la judicial dio a conocer el fallo de «no culpabilidad» para los galenos estos agradecieron a Dios, a sus colegas, amigos y familiares por el apoyo que les brindaron a lo largo de este proceso que duró más de un año y que culminó con la comprobación de su inocencia.
El Dr. Berríos dijo «no somos y nunca fuimos culpables, hicimos lo que estuvo a nuestro alcance para salvar a la niña, lamentamos su muerte y he pedido a Dios en mis oraciones la pronta resignación, pero no somos culpables.»
Por su parte, la doctora Guillen se limitó a expresar además de su agradecimiento a Dios a cada una de las personas que le brindaron su apoyo. El juicio culminó pasadas las 9:40 de la noche en la sala dos del Juzgado Segundo Local Penal de esta circunscripción.