Auge de referéndums en el mundo: ¿vía hacia los microestados?

Hoy en día los plebiscitos se han puesto de moda. El crecimiento de las consultas populares en el mundo despierta crítica en algunos ciudadanos y el ansioso deseo de expresarse en otros. ¿A qué se debe esta tendencia y a qué puede llevar?

La región italiana de Cerdeña se inspiró en Véneto, otra región italiana que recientemente celebró un referéndum, y decidió seguir su ejemplo: celebrar un plebiscito en línea sobre su independencia de Italia, informa la edición digital ‘Nuova Sardegna’. Se espera que haya solo una pregunta: «¿Quiere que Cerdeña se convierta en un Estado independiente?».

El impulsor de la idea en la isla de Cerdeña, que es una región autónoma italiana con estatuto especial del mismo nombre, es el partido PsdAz, cuya ideología se basa en la separación de Cerdeña de Italia. «Solo preguntamos a los sardos si quieren la independencia. Es importante saber su opinión. Creemos que este tema se ha vuelto muy relevante hoy en día y nosotros queremos saber en qué radica exactamente la voluntad de la gente», según el secretario de PsdAz, John Hills.

Pero no es todo. La provincia autónoma italiana de Bolzano-Alto Adigio, más conocida como Tirol del Sur, que hasta el año 1919 formó parte del Imperio austro-húngaro, también busca independizarse de Italia. Desde el año 2000 se ha organizado una serie de encuestas y referéndums consultivos que han demostrado que mientras unos quieren la independencia total, otros sueñan con unirse a Austria.

Otras voces separatistas

Los vientos independistas no solo se oyen en Italia, sino en otros varios países europeos. Así, el Gobierno de Escocia ha programado un referéndum para septiembre de 2014 y lanzará a su población la opción de si quiere la independencia del Reino Unido. Cataluña a su vez, pese a la negativa del Gobierno español, dice que en septiembre de este año llevará a cabo una votación sobre si quiere la independencia de España. Estos han sido los ejemplos más mencionados últimamente al tocar el tema del referéndum en Crimea.

Entre los casos menos conocidos figura el del país Székely, parte este de Transilvania en Rumanía, donde viven rumanos húngaros que viven en Transilvania. Ellos no quieren la creación de un estado independiente, sino autonomía.

En Bélgica los sentimientos separatistas son un caso especial. Si se cumplen las aspiraciones de los nacionalistas de las regiones de Flandes -neerlandofona- y Valonia -francófona- y estas dos importantes regiones logran separarse, Bélgica como estado simplemente desaparecerá del mapa.
A qué lleva el ‘divorcio’ entre ciudadanía y políticos

En las últimas décadas se ha registrado un crecimiento considerable de referéndums. Entre 1972 y 2008 hubo 47 referendos de integración, ampliación o adhesión y de ratificación de constituciones nacionales, principalmente en países que recuperaron o establecieron regímenes democráticos.

La creciente tendencia del uso de referéndums podría ser el resultado de un ‘divorcio’ entre los ciudadanos y las instituciones de la democracia representativa, por ejemplo, los partidos políticos. En una situación en la que los «gobiernos son impotentes y se han convertido en una parodia», últimamente son cada vez más los ciudadanos que quieren ser parte del proceso político, buscan cambiar el sistema y decidir su futuro, indica el experto en mercados financieros mundiales Patrick L. Young.

«Mientras las multinacionales (tanto empresas como políticas) buscan controlar el futuro, los ciudadanos ignoran cada vez más sus llamamientos», asegura el experto.
Estados, ¿cuanto más pequeños mejor?

Según Patrick L. Young, «la era digital favorece a los estados ágiles, donde se generan y se activan referéndums» o la iniciativa popular (también conocido como democracia directa ‘desde abajo’, del inglés ‘bottom up’).

Por otra parte, «la era digital en que vivimos favorece los microestados. En los tiempos antiguos querían vivir en un imperio. Hoy en día las naciones líderes son pequeñas como Estonia o Islandia, por ejemplo», subraya.

«Las naciones más ricas y prósperas del mundo son cada vez más pequeñas de escala. Singapur, de un gran pantano llegó a ser una tecnópolis deslumbrante donde se consagran los derechos de propiedad, el acceso a la educación y el trabajo, y se premia el espíritu empresarial. Mónaco combina un fuerte bienestar con cero impuesto sobre la renta», explicó.